El sector de la fotografía vive una época convulsa en la que las grandes empresas, aquellos gigantes que dominaron el mercado durante décadas, intentan adaptarse lo más rápido posible a los constantes cambios y a los giros en las tendencias y preferencias de los usuarios.
Olympus es una de estas compañías “clásicas”, de toda la vida, que intentan que el entorno no termine con ellas. Su receta: apostar por sus productos fotográficos de calidad, que es lo que saben hacer bien. Albert Martí, Marketing Director de la División de Productos de Consumo de la delegación ibérica, atiende telefónicamente a Silicon News. Durante toda la entrevista se muestra cauto y prudente ante la grave situación económica que vive su sector y la sociedad en general, pero a la vez siempre deja ver un atisbo de esperanza, de ilusión, en sus palabras.
– Olympus Europa anunció un volumen de venta de 1.413 millones de euros en el ejercicio financiero 2012-2013. ¿No os van mal las cosas, no?
Nosotros tenemos un negocio que por suerte es rentable porque tenemos divisiones que están dedicadas a diferentes tipos de mercados. Está claro que la parte más visible de nuestro negocio es, posiblemente, la división de consumo, que es la fabricación y venta de cámaras fotográficas, grabadores de voz, prismáticos, etc., pero hay una parte que es la menos visible pero que en realidad supone aproximadamente el 80% de nuestro negocio, que son las divisiones médicas: endoscopia, microscopia, industria,… Por decirlo de alguna manera, estas divisiones son el “pulmón” de la compañía, las que nos permiten ser rentables, y que además a nivel de mercado estemos saneados y tengamos una economía saludable.
– ¿Qué tal están respondiendo vuestros productos en el mercado español, tan afectado por la crisis?
Hay factores que han influido drásticamente sobre todo en los últimos años en nuestro negocio. El primero la crisis, la enorme crisis que hay, pero a esto se suma la madurez del mercado fotográfico, de la fotografía digital. Vivió un boom hace seis o siete años espectacular en los que el mercado se multiplicó, entre tres y cuatro veces lo que había (hasta entonces se vendían un millón de cámaras en España, y entre todos los fabricantes se pasó a vender más de cuatro millones). Hubo un boom, las empresas se escalaron, fueron creciendo, los beneficios crecieron muchísimo, pero como todo producto de electrónica de consumo, tiene un inicio y un final. Ahora mismo estamos en la fase de sobrevivir a la crisis que afecta a todas las compañías que operan en España, pero además estamos reinventando, por decirlo de alguna manera, nuestro negocio. Reorientando nuestros productos y estrategia hacia mantener el negocio de consumo vivo, y redirigirlo hacia segmentos y usuarios que son los aficionados a la fotografía.
– Dentro de la delegación europea, ¿qué papel juega Olympus Iberia?
Históricamente, Olympus Iberia llegó a ser el país más valorado por Japón dentro del negocio de consumo gracias a la gestión que hacíamos y hacemos. En cuanto a volumen de negocio está claro que Alemania, Inglaterra o Francia son países más grandes y con volúmenes más grandes, pero en Iberia hemos llegado a mantener una presencia y una cuota de mercado durante años en los que muchos meses hemos rondado el 15%, lo cual dentro de la competencia que hay es realmente importante. Es algo que se valora mucho dentro de la compañía. Se puede decir que “se nos escucha”.
– Dos de vuestras ramas de productos, cámaras y grabadoras, se deben defender del smartphone, un dispositivo que es capaz de realizar sus mismas funciones.
Para la gente que estamos en este sector, el concepto “smartphone” en los últimos dos años es sobre lo que vuelan todas las conversaciones… Es evidente que los smartphones han tenido un impacto (mayor o menor, es difícil de cuantificar por la madurez del producto), pero han afectado directamente, cuando hablamos de cámaras de fotos, al negocio de aquellas que están por debajo de 200 euros. La naturaleza de nuestro mercado es la que es, y hace dos o tres años era entre el 70% y el 80% del total del mercado… te puedes imaginar el impacto que ha tenido la introducción de este tipo de productos. En lo que estamos trabajando nosotros, y prácticamente todos los fabricantes, es en asumir que esta parte del mercado fotográfico tiende a disminuir, y poco a poco a ir desapareciendo porque la gente ya ha sustituido las cámaras que llevaban en el bolsillo o en el bolso. Las fotografías más instantáneas las hacen básicamente con el móvil por el tema de la conectividad, y estamos orientando los productos hacia los que son realmente aficionados a la fotografía, es decir, para los que la fotografía es una parte de la creatividad de las personas.
– ¿Estáis abandonando las cámaras compactas para apostar por las de objetivos intercambiables?
Efectivamente. Hay dos segmentos de producto que son nuestra prioridad, siguiendo las guidelines que nos ha dado nuestra central de Japón. Debemos focalizarnos en los productos que son de valor añadido. Es decir: cámaras compactas con características que un teléfono móvil hoy por hoy no es capaz de llegar a aportar al usuario final, y por otro lado las cámaras de óptica intercambiable, que son las que siempre han estado allí.
– ¿Es España un buen país para la venta de productos fotográficos?
Durante los últimos años lo ha sido, y muy bueno. Si nosotros comparamos nuestro negocio con el de nuestros compañeros en el extranjero, hemos obtenido cifras realmente buenas. España es un país fotográfico en esencia, pero también es un país, por un lado, que es buen absorbedor de nuevas tecnologías (como demuestra la penetración de los smartphones), pero por otro lado somos bastante tradicionales. España es un país fotográfico, pero le está costando evolucionar dentro de este segmento, ir hacia un nuevo nivel en fotografía y en sus productos.
– ¿Tiene futuro un sector como el de las grabadoras?
Igual que en el de la fotografía te comentaba que es un negocio potente y con mucho calado en España, el de las grabadoras en ese sentido es diferente. Hay países como Inglaterra o Francia que tiene muchísima más cultura del uso de la grabadora. Muchísimos profesionales, del tipo de abogados, médicos o arquitectos, utilizan las grabadoras en el día a día y los volúmenes de negocio son realmente grandes. En el caso de España esa cultura no está tan establecida. Hay mercados como es el de la grabación o el dictado profesional, que se utiliza mucho en medicina, que en España estamos intentando introducir… y no es sencillo. Pero en esto estamos, porque al final el mercado de audio es un mercado que puede llegar a generar mucho beneficio.
– El sector sanitario es uno de vuestros principales clientes. En el caso de España, estamos hablando de un sector que ha sufrido como pocos los recortes presupuestarios. ¿Lo habéis notado?
Sí. Nuestras divisiones médicas destribuyen desde accesorios para los sistemas de endoscopia, que son ventas más o menos inmediatas, hasta integraciones de quirófanos completos que requieren meses, ¡e incluso más de un año!, de negociación. Está claro que hemos sufrido mucho y estamos sufriendo en esta parte, porque los recortes hacen que las negociaciones, sobre todo con los centros públicos, sean más complejas y más largas porque ellos reciben mucha menos inversión pública. Pero hay una parte del negocio, los productos que se utilizan a diario y que requieren un mantenimiento o una renovación, que como tenemos un parque importante dentro del Estado hace que se mantenga el volumen y la estabilidad.
– ¿Qué panorama se os plantea por delante?
Desde un punto de vista de consumo, el mío, creo que estamos aprendiendo a vivir en este nuevo panorama, en el que se combina que la gente en España y Portugal no tiene tanto dinero como tenía antes, y por otro lado las prioridades también han cambiado. Sabemos que la gente no tiene como prioridad comprarse una cámara de fotos, porque en muchos casos tienen otras mucho más urgentes. Dentro de esta adaptación al nuevo escenario, nosotros prevemos un futuro estable, en el sentido de que tenemos y vamos a lanzar productos que son competitivos en todos los segmentos en los que creemos que la fotografía va a ser estable. Evidentemente el año que viene va a ser complicado, muy complejo. Pero así como ya nos adelantamos a lo que estaba viniendo y llevamos un par de años cambiando el paso, creo que estamos preparados, tanto a nivel de estructura como de estrategia, y especialmente con nuestros productos. Estamos preparados, y creo que vamos a tener años complicados pero estables, no peores.
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