España sigue siendo el país que más ‘spam’ recibe
Entre los meses de abril y junio aglutinó prácticamente 1 de cada 10 de los ataques de este tipo que se produjeron a nivel mundial.
El spam tiene a España como principal objetivo. Un trimestre más, nuestro país continúa encabezando la lista de países receptores de correos basura. Durante los meses de abril, mayo y junio, aglutinó el 9,28 % del spam difundido a nivel mundial. Esto supone una subida de medio punto porcentual sobre el trimestre anterior.
La situación se lleva arrastrando un tiempo. España fue el país que recibió más correos con adjuntos infectados o enlaces a malicioso a lo largo de todo 2020.
En estos momentos el segundo país más afectado por esta amenaza de seguridad es Italia y el tercero, Rusia.
Precisamente Rusia es también el principal emisor de spam, ya que desde su terriorio sale más de una cuarta parte de los correos maliciosos que terminan abriéndose paso por diferentes rincones del planeta. Alemania es el segundo productor de spam. Y Estados Unidos completa el top 3.
Así lo desvela Kaspersky Lab, que explica que los ciberdelincuentes están aprovechando la situación de la cadena de suministro, incluyendo problemas en la entrega de paquetes, para persuadir a los usuarios a que pinchen en enlaces de maliciosos y acabar robándoles dinero. Ahora incluso personalizan sus textos.
Los ataques también se concentran en temáticas relacionadas con la pandemia de coronavirus, que ha condicionado numerosos aspectos tecnológicos de las compañías y los entornos familiares, incluida la seguridad.
“Lo mejor que pueden hacer los usuarios es desconfiar de cualquier correo electrónico inesperado y no hacer nunca clic en los archivos adjuntos del correo electrónico o en sus enlaces, sino ir directamente al sitio web”, aconseja la especialista en seguridad Tatyana Shcherbakova.
En el segundo trimestre se incrementaron los mensajes con forma de factura que hacen referencia a gastos de envío pendientes o derechos de aduana.
También aumentan las páginas que ofrecen, supuestamente, la posibilidad de comprar paquetes que no llegan a sus destinatarios, como una especie de lotería. Los participantes desconocen el contenido y puja según el peso. Pero, si ganan dicha puja, nunca reciben el paquete en cuestión.
Y no todo se hace a través del clásico correo electrónico. Cada vez entran más en juego las aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp.
Alguna estafa actual anima a cubrir encuestas a cambio de un regalo, otras anuncian un premio previo pago de una pequeña cantidad de dinero y también se han difundido falsas aplicaciones e invitaciones a chats para terminar descargando malware o robando información personal.
Entre otras ocasiones, los criminales solían usurpar la identidad a empresas importantes para alertar sobre una supuesta necesidad de asistencia técnica. Asimismo, han llegado a suplantar páginas turísticas en plena campaña vacacional.