Situémonos en 2009. Nutanix nació ese año de la mano de tres ex-ingenieros de Google, (Dheeraj Pandey, Mohit Aron y Ajeet Singh), que salieron del gigante de las búsquedas para hacer realidad una idea que no había convendido a esta empresa.
Poco tiempo después y gracias a una importante inyección económica por parte de diversos inversores de capital riesgo, ponían en el mercado unos ‘appliances’ que pretendían facilitar y acelerar los despliegues de hardware y software para los departamentos de TI. Nutanix fue, probablemente, la compañía que inventó el concepto de hiperconvergencia, una arquitectura que permitía escalar el hardware (computación, almacenamiento y redes) necesario a medida que se fuera necesitando sin necesidad de tediosas configuraciones y pruebas antes de llevarlo a producción.
Dichos tiempos en el despliegue de nuevos recursos pasaban de meses a días en muchos casos, por lo que la hiperconvergencia se convirtió en una arquitectura de referencia en el sector tecnológico.
El tiempo le ha dado la razón a Nutanix y todos los grandes fabricantes cuentan con una aproximación similar para dar respuesta a las necesidades del mercado.
Hoy, el gran reto de Nutanix se sitúa en llevar esa escalabilidad a los entornos híbridos y multicloud donde lo verdaderamente importante son los datos, las aplicaciones y las operaciones, así como su portabilidad entre plataformas, más allá de dónde se ejecuten los procesos.
De todo esto y más nos habla en la siguiente entrevista Alejando Solana, director técnico de Nutanix y viejo conocido de Silicon desde su anterior etapa en VMware:
—Llevamos varios años en los que la innovación en el sector tecnológico se ha acelerado exponencialmente. ¿A qué crees que se ha debido?, ¿qué importancia tiene el modelo de computación en la nube en dicha aceleración?
En este tiempo nos hemos dado cuenta de que lo importante para cualquier organización son las aplicaciones, los datos y cómo se operan ambos. Todo lo que ha ocurrido en el mercado TIC a lo largo de los últimos años está relacionado con alguna de estas tres líneas.
A nivel de aplicación se han ido buscando arquitecturas que faciliten el escalado horizontal. Hemos ido viendo desarrollos tradicionales cliente/servidor, Java, Web, SOA, microservicios, contenedores y, finalmente, serverless. Y hemos llegado a un punto en el que la capacidad lógica se ha convertido en una función.
De todo esto ha derivado la consumerización de la tecnología. La nube significa industrializar todo lo que se suele construir en un entorno de TI: infraestructura, plataforma, aplicaciones… para ofrecerlo como un servicio que facilita y simplifica todos los procesos.
Los clientes buscan ahora arquitecturas de aplicaciones que rompan las dependencias con el mundo TI tradicional.
Con los datos ocurre algo similar. Hace años teníamos grandes bases de datos y enormes sistemas SAN (Redes de Área de Almacenamiento) que escalaban en vertical, pero ahora estamos viendo justo la tendencia contraria a través de Big Data, Data Lakes, Inteligencia Artificial, etc. Y todo ello conectado con algoritmos que saquen el máximo partido de la información y del ciclo de vida del dato.
Por tanto, en estas dos grandes áreas de aplicaciones y datos nos hemos dirigido hacia un modelo de escalado horizontal, un modelo que busca reducir la dependencia de una tecnología concreta o de un fabricante concreto.
“A los cambios no hay que tenerles miedo, hay que adaptarse a ellos y ver las oportunidades que se generan.”
Es cierto que los grandes hiperescalares intentan atar a los clientes con sus propias tecnologías y APIs, pero estos no quieren repetir las mismas dependencias que se han producido en el pasado con arquitecturas como el mainframe, UNIX o Windows. Por el contrario, las empresas buscan desarrollar y estructurar la información para que sea lo más estándar posible y facilite su portabilidad cuando sea necesario. En la era de la nube híbrida y multicloud, la clave está en la portabilidad.
Por último, la tercera línea clave está relacionada con las operaciones. Los departamentos de TI han tenido que lidiar con instalaciones, mantenimientos, actualizaciones, copias de seguridad, etc. incluso teniendo que hacerlo en fines de semana para no interrumpir los servicios. Todo esto, con el cloud, es cosa del pasado. La nube nos ha demostrado que, si eres consciente de cuáles son las tareas que tienes que realizar para mantener, actualizar y gestionar el ciclo de vida de un servicio, los puedes llevar a cabo con unos niveles de automatización cada vez más sofisticados.
—¿Hasta qué punto la automatización ha cambiado las reglas del juego en el sector?
La automatización es la siguiente gran ola. Hasta ahora se han estado automatizando las máquinas virtuales a través de los contenedores y su encapsulación, pero ahora se está haciendo lo mismo con las operaciones, que se pueden encapsular para desplegarlas y que sean consumidas vía API.
—Dentro de todas las innovaciones que has vivido en materia tecnológica a lo largo de estos años, ¿con cuál te quedarías como la más disruptiva?
Se han producido muchas innovaciones pero yo enfocaría la disrupción desde otro punto de vista. Las organizaciones tienen un desafío que la pandemia ha puesto de manifiesto: la agilidad para dar respuestas, la capacidad de adaptarse a un nuevo contexto de forma ágil. De esta forma pueden responder en poco tiempo a cualquier circunstancia. Esto ha supuesto no solamente un gran desafío a nivel tecnológico sino también a nivel de organización. Los modelos de organización jerarquizados y basados en silos, aquellos en los que unos no hablan con otros, están pasando a la historia para dirigirnos a un modelo de organización más colaborativo, donde los departamentos se puedan comunicar más fácilmente y compartir los recursos existentes para aprovecharlos al máximo.
—Háblame sobre el equilibrio entre hardware y software en el lado de los centros de datos. Es una de las cosas que más ha cambiado en la última década, siendo el software cada vez más relevante a la hora de decantarse por una solución u otra. ¿Hasta qué punto es así?
Nos dirigimos a un modelo que va a ser como una cadena de montaje. Viendo las distintas olas tecnológicas anteriores, el tipo de aplicación condicionaba el hardware, pero el modelo actual busca evitar dependencias en cualquiera de las capas. Es como tener un interruptor y encenderlo para poder consumir lo que necesites en el momento que necesites. Es algo que está ligado a la arquitectura de aplicaciones y datos que tengas por encima. El hardware va a seguir estando ahí, pero las organizaciones lo que buscan ahora es capacidad (cómputo, memoria, almacenamiento, red) que se pueda consumir en función de las necesidades de cada momento y que se pueda escalar rápidamente para responder a los requerimientos de las aplicaciones y datos. Los fabricantes de hardware, los proveedores hipererescalares como AWS, Microsoft Azure y Google Cloud, o los de nube privada, desarrollan su infraestructura con arquitecturas que cumplan con la premisa de proporcionarlas como un servicio.
—¿Qué valoración haces de 2022?, ¿cómo ha sido para Nutanix el año que acaba de concluir?
Nos encontramos en un momento bastante interesante porque la pandemia acentuó las necesidades de digitalización de las organizaciones. Con ese modelo jerárquico que comentaba antes, la capacidad de responder era prácticamente nula. De ahí que comenzaran a desarrollarse muchos proyectos para adaptar las organizaciones al futuro. Uno de los procesos para dicha adaptación era la digitalización, tanto a nivel de procesos de negocio como de infraestructura y aplicaciones.
Y es precisamente eso lo que proporciona Nutanix: industrializar y digitalizar la gestión de la infraestructura independientemente de la ubicación y en tiempo record. Procesos de despliegue que antes llevaban meses, con nuestra plataforma se pueden poner en producción en cuestión de días. Estos años han sido un punto de inflexión en Nutanix porque hemos entrado en proyectos muy importantes y se han abierto muchas puertas.
En los dos últimos ejercicios hemos multiplicado por tres el volumen de negocio y la tendencia es significativamente ascendente, con una previsión de crecimiento trimestral cercana al 20 por ciento liderada por el aumento de suscripciones y el volumen de los proyectos contratados, que también se está incrementando. Es decir, estamos llegando a contratos cada vez más grandes y más complejos.
Un detalle que me gusta resaltar aquí es que nuestros clientes invierten cada vez más en nuestra plataforma. Por ejemplo, el segundo contrato con nosotros suele multiplicar por tres o por cuatro la inversión realizada en el primero. Cuando el cliente se da cuenta de la facilidad en la curva de aprendizaje y de los problemas que se resuelven con nuestra plataforma, habitualmente repite y amplía capacidad.
—Entiendo que te estás refiriendo a datos globales, ¿cómo está yendo el negocio de Nutanix en España?
A pesar de que el mercado español es un poco conservador en materia de innovación, lo cierto es que actualmente nos encontramos avanzando con una agilidad mayor que en otros países de nuestra zona.
Por otra parte, los contratos que hemos estado cerrando en etapas anteriores estaban más dirigidos a mediana empresas, pero es algo que, como te comentaba, está cambiando en los últimos trimestres porque estamos llegando a compañías más grandes como las del IBEX 35.
—¿Hasta qué punto vuestros partners son importantes para resolver esa capilaridad a la hora de llegar a pequeñas y medianas empresas?
Son muy importantes. De hecho este área se está reforzando. El año pasado renovamos nuestro programa de canal para facilitar el reclutamiento y crear nuevas especializaciones que hasta ahora no se planteaban. Hasta hace un año los partners hablaban de “hiperconvergencia”, pero este concepto ha evolucionado a “infraestructura de nube híbrida”.
Por ejemplo, se está desarrollando un ecosistema más especializado en áreas como VDI (Virtual Desktop Infrastructure) con Red Hat Linux.
También es destacable que el programa de canal se está dirigiendo hacia el modelo SaaS: Nutanix as a Service. Se trata de un portal en el que los partners pueden acceder a recursos, contenidos, formación, capacitación, herramientas de marketing, etc. bajo la modalidad de autoservicio.
—Todo ello muy relacionado con el Centro de Excelencia que Nutanix ha abierto en Barcelona, ¿verdad?
Efectivamente, inauguramos este centro en 2022 para desarrollar el programa de canal y dar un mayor soporte a clientes y partners. Esta apertura explica en parte el crecimiento de Nutanix en Iberia, con un 77% más de profesionales en plantilla.
Es un centro que está impulsando la visibilidad a nivel de marca y la expansión que estamos haciendo en el mercado. España se ha convertido en punta de lanza en Europa ya que este centro da soporte a toda la región EMEA.
—Una expansión que, en cierta forma, deja a la hiperconvergencia en segundo plano porque estáis abordando y ofreciendo cada vez más tecnologías como parte de vuestra plataforma. Y todo ello en un margen de tiempo muy reducido. ¿Cómo ha evolucionado la compañía en estos últimos cuatro años tras tu incorporación?
Efectivamente, estos cuatro años me parecen muchos más precisamente debido a ese cambio que hemos experimentado en tan poco tiempo. La empresa actual no tiene nada que ver con la que conocí en ese momento en que se estaba produciendo la transición del hardware al software [Nutanix nació como una compañía que comercializaba ‘appliances’ para centrarse poco después en el desarrollo de software]. En los dos últimos años hemos desarrollado campos como el modelo de suscripción y nos hemos extendido a los mercados de los hiperescalares y otros proveedores como OVHcloud, Equinix, etc.
Incluso el mensaje que doy a las empresas ha cambiado totalmente porque hablo de muchas más funcionalidades y servicios, lo que, a nivel personal, es enriquecedor.
—¿Qué expectativas habéis puesto desde la compañía para 2023?
En 2023 vamos a seguir una línea continuista en la que integraremos los nuevos lanzamientos y servicios que se están desarrollando, como ese modelo ‘Baremetal as a Service’ a través de OVHcloud y Equinix que te comentaba. En un contexto donde las cadenas de suministro de hardware están sufriendo es importante poder plantear este tipo de acuerdos en el que el hardware se consume también como servicio.
También queremos enfocarnos en el acuerdo cerrado con Microsoft Azure hace un mes para que los clientes de este hiperescalar puedan ejecutar ahí la plataforma de Nutanix, especialmente para desarrollar una estrategia multicloud.
—Probablemente es otro de los grandes cambios en la estrategia de Nutanix, pasar de entornos de nube privada a entornos multicloud, pero con una experiencia unificada. ¿Qué me puedes contar al respecto?
Prácticamente todas las organizaciones se están planteando el modelo multicloud. Nuestra aproximación es proporcionar una plataforma homogénea y estándar, con la misma experiencia independientemente de la ubicación de los datos, las aplicaciones y las operaciones. En la práctica, los clientes pueden habilitar o deshabilitar fácilmente las cargas de trabajo en función de sus necesidades sin importar el lugar en el que se encuentren, ya sea nube pública o privada. Todo ello bajo los mismos cuadros de mandos, de forma automatizada e integrada.
Nutanix se dirige a este modelo. De hecho, en el pasado congreso Nutanix .NEXT, se anunció Nutanix Portal para facilitar aún más la integración de distintos servicios y cargas de trabajo.
Pero no queda ahí la cosa ya que permitirá incorporar servicios para monitorizar la seguridad del entorno capaces de sugerir mejoras en los sistemas, para monitorizar los costes y mover así las cargas a localizaciones más económicas, etc.
Un diferenciador en este punto es que este movimiento entre nubes es completo, de tal forma que, a través de una observabilidad de 360º, se puedan mover las políticas, la seguridad o el flujo de información además de las propias aplicaciones y datos.
—¿En qué estado se encuentra la hiperconvergencia?, ya no se habla tanto del concepto, pero está cada vez más presente…
La base de la hiperconvergencia ya está definida y el objetivo es ir reforzando el concepto “composable” para que todas las piezas del puzzle en estos entornos multicloud puedan encajar, de forma independiente al proveedor y transparente para las empresas que consumen estos servicios. Van a ir surgiendo necesidades, nuevas innovaciones como las basadas en inteligencia artificial, que deberán encajar, por lo que nuestro objetivo es simplificar el entorno para que todas esas piezas encajen fácilmente. Y algo similar ocurre a nivel de gestión y administración como comentaba antes: los procesos de seguridad, flujo de datos, costes, etc. también tienen que ser “composables”.
—Sí se habla cada vez más de la automatización y ya la has mencionado anteriormente. ¿Crees que es el siguiente gran avance en el sector?
Sí, es uno de los principales avances porque nos estamos moviendo hacia un contexto de hiperautomatización. Hasta hace poco, la automatización se estaba aplicando a tareas manuales realizadas por humanos, pero la tendencia es que cada vez esté más presente en las propias soluciones a nivel interno, por ejemplo a través de APIs, para realizar todo tipo de procesos. Estos componentes estarán cada vez más presentes “out of the box”, incluidos como parte de la solución, para dar paso a la hiperautomatización.
Estas innovaciones tienen el objetivo de industrializar y estandarizar los despliegues de forma más efectiva y rápida.
Nos dirigimos a un mundo donde todas las tareas manuales, de forma independiente a su tipo, estarán automatizadas y disponibles como parte del servicio, mientras que el factor humano se centrará en aportar ideas, visión y valor a los negocios.
Este hecho no tiene porqué ser negativo sino todo lo contrario. Es así porque, a medida que la hiperautomatización se extiende, también se están creando nuevos perfiles cualificados y funcionalidades que habrá que cubrir. A los cambios no hay que tenerles miedo, hay que adaptarse a ellos y ver las oportunidades que se generan.
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