Enrique Dans: “La exclusión de la red es peor que el ostracismo”

Enrique Dans, reconocido bloguero y profesor de Sistemas de la Información en IE School, y cómo influye internet en la creación de nuevos modelos de negocio.

Enrique Dans es un activo y reconocido blogger y profesor de Sistemas de Información en IE School desde 1990. Silicon News le ha preguntado sobre el valor de la red, su influencia en todas las áreas de la vida cotidiana y sobre la posibilidad de prescindir de la red de redes.

Dans ve internet como pieza clave del desarrollo económico de España e insta a quienes vuelquen su negocio en internet a “convivir con el progreso”. Con ello se refiere a la creación de propuestas de valor, lejos de “criminalizar y exigir leyes más duras” .

La llegada de internet (sobre todo de la mano de la explosión de dispositivos móviles) ha modificado muchos aspectos de la vida de los usuarios: desde la forma de comunicarse entre sí hasta la forma acceder a bienes materiales e intangibles. ¿Puede sustituir la vida online a la vida offline?

Plantearse esa sustitución es característico de quienes no han entendido nada de la red. La red es un complemento, pero nunca un sustituto de la vida fuera de la red. Pueden existir patologías de sustitución, pero no más frecuentes de lo que son otro tipo de patologías similares. La red desarrolla una capa adicional que suplementa nuestra vida, que extiende sus posibilidades o que es capaz incluso de derribar barreras de entrada hacia ciertas posibilidades que antes de la red no existían (como el poder comunicar en público sin tener una imprenta ni una licencia de emisión, o como el poder acceder a cualquier información a un clic de distancia).

Plantearse la red como sustituto y pensar en estereotipos absurdos de personas con tez cetrina porque nunca ven el sol y están siempre sentados delante de una pantalla es completamente absurdo, no tienen ningún fundamento basado en datos tangibles, y es habitual en quienes aún, en pleno siglo XXI, se mantienen absurdamente lejos de la red.

– En la actual situación económica son muchas las voces que aseguran que internet es parte de la salida. ¿Qué hace falta para que los modelos de negocio basados en la red despeguen en España?

La red ofrece muchísimas posibilidades de cara al desarrollo económico, e introduce cambios que llevan a la muerte de muchos negocios tradicionales. La exclusión de la red es peor que el ostracismo, y el desarrollo de la red se relaciona en gran medida con la pujanza económica de los países. En estas condiciones, amenazar el libre desarrollo de la red para hacer frente a las demandas de determinados grupos de interés económico o industrias que pretenden “congelar el tiempo” y seguir viviendo de modelos inviables es, como mínimo, temerario.

Se me ocurren unos cuantos nombres de ministros cuyo nombre quedará para siempre asociado en la historia a este tipo de crímenes contra el desarrollo, personas que con argumentos absurdos decidieron perseguir la red y a sus usuarios. La red es un elemento fundamental para el desarrollo económico de los negocios que tienen lugar tanto dentro como fuera de ella.

Muchos modelos tienen que ver con la oferta de contenido (objeto de un incesante debate que eclipsa la piratería). ¿Cuándo se llegará a un acuerdo equilibrado entre la oferta y la demanda de la industria de contenidos digitales?

Nadie ha hablado nunca de un acuerdo, solo de restringir cosas que simplemente resulta imposible restringir. Lo que hay que hacer es aprender a convivir con el progreso: si tu negocio de distribución ya no es necesario porque hoy las cosas se distribuyen de manera más eficiente, aprende a redefinir tu negocio, pero no te dediques a pagar a políticos mediocres para que legislen en contra del progreso (fundamentalmente porque nada, ni las leyes más absurdas, detienen ese progreso).

La piratería no existe ni ha existido nunca, y el hecho de que los usuarios se descarguen contenidos de sitios que no remuneran al creado se combate simplemente creado propuestas de valor que lleven a esos usuarios a escoger esas alternativas. La única receta aquí es el mercado: o construyes una propuesta suficientemente buena que los usuarios escojan, o mueres. Y dedicarte a insultar, perseguir, criminalizar y exigir leyes más duras contra los usuarios no es la mejor manera de conseguir que escojan tu alternativa. Es tan sencillo que puede explicarse incluso a los niños de un parvulario.

Mientras los directivos del pasado chillan histéricos que “no se puede competir con el gratis total”, un montón de alternativas basadas en modelos freemium, financiados con publicidad o mediante tarifas planas van echándolos – gracias a dios – de su sitio, y van convenciendo cada vez a más artistas de que la verdadera esclavitud es la que tenían antes de la red.

Más personal

– ¿Se imagina su día a día sin internet?

No, me resulta simplemente absurdo pensarlo. En ningún momento prescindo de la red, la red es una capa a la que puedo recurrir en cualquier momento, y su uso no está vinculado en absoluto a si estoy trabajando o en tiempo de ocio. Simplemente está ahí y forma una parte inseparable de la realidad.

– ¿Cuál es la herramienta de la que no podría prescindir?

Muchísimas. Obviamente del navegador, pero prescindir de un lector de feeds, de una analíticas, de una red social, de un correo electrónico o de una mensajería instantánea haría mi vida mucho más incómoda. Todas esas herramientas se han consolidado en nuestras vidas a gran velocidad, y plantearse prescindir de ellas es simplemente algo válido a nivel de argumento de una novela de ciencia-ficción que plantee un futuro distópico sin tecnología.