Según el catedrático que está a cargo del proyecto, Manuel Bao Iglesias, dicha fuente de energía se encuentra en una fase muy inicial y no son aprovechadas ni la energía cinética de las olas ni la de las corrientes marinas, algo que tiene mucho potencial en nuestras costas.
Las corrientes de aire de 4-5 metros por segundo ya son suficientes para gracias a un aerogenerador crear energía eléctrica. En el mar las corrientes son mucho más débiles, pero gracias a una mayor densidad serían capaces de generar energía, de ahí su gran potencial.
El primer paso del proyecto consiste en hacer un estudio de las corrientes marinas en Galicia y plasmarlas en un mapa para después pasar a estudiar qué equipo sería mejor para aprovecharlas según el tipo e intensidad. La turbina de prueba será proporcionada por Gamesa y será anclada al fondo marino a una profundidad que podrá variar desde 10 hasta 40 metros, aunque también podrían considerar distancias mayores.
En palabras textuales del director del proyecto: “Nos estamos jugando nuestro futuro. Con las necesidades que tenemos nuestra obligación es apoyar todas las fuentes de energía alternativas“.
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