Paul Chambers escribió el mensaje como broma con sus amigos, pero una semana después la policía le arrestó conforme al Terrorism Act y fue interrogado durante siete horas por detectives que interpretaron el tweet como una amenaza de seguridad.
Tras salir bajo fianza, ha sido suspendido de su empleo mientras se finaliza la investigación interna, y no podrá poner el pie nunca más en el aueropuerto donde ocurrireron los hechos. Sin duda una verdadera pesadilla que hará que seguramente no vuelva a bromear sobre este tipo de temas en redes sociales.
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