“Además de los servicios de telecomunicaciones más avanzados, se ofrece apoyo para la captación de recursos económicos, soporte en planificación estratégica, teleformación, ayuda en la transparencia de la tecnología y un largo etcétera”, explica.
La apuesta gallega, al igual que la californiana, ha seleccionado un entorno estratégico para instalar su sede: a quince kilómetros de Ourense, bien comunicado con la meseta y cerca de la sede ourensana de la Universidade de Vigo, donde se imparten las especialidades técnicas de la oferta lectiva del centro público.
En pleno proceso de ampliación, “con el objetivo de poder atender a la demanda de ocupación generada en los últimos años”, el parque ha centrado su nueva
estrategia en promover las energías limpias y en la biotecnología.
La apuesta gallega no es la única del cuadrante noroeste de la península. Gijón también cuenta con su propio
Parque Científico Tecnológico, que “tiene como principal objetivo el apoyo a la creación y a la instalación de empresas e instituciones basadas en ciencia y tecnología”, tal y como se lee en su página web. La concentración, que se autodenomina “campus empresarial”, ha sido impulsada por el propio ayuntamiento de la ciudad y está operativa desde el año 2000. En este caso, también muy ligado al mundo universitario.
Por el momento, ya se han adjudicado tres cuartas partes de la superficie final y el objetivo a largo y medio plazo es que tenga una influencia directa y positiva en “el entorno industrial y académico”.
Parque madrileño En el centro de la península y con el plus de su cercanía a la capital del estado, el Parque Científico de Madrid (
PCM) intenta convertirse en “un actor decisivo en la dinamización del sistema regional de I+D+i”, tal y como apuntan en su site corporativo.