En una década el 25 % de las farolas serán dispositivos inteligentes
La Humanidad cambió cuando las noches dejaron de ser un lapso de inactividad y se prorrogó la productividad gracias a la iluminación artificial. Ahora podríamos estar a las puertas de un cambio significativo en la concepción de algo que damos tan por supuesto como una simple farola.
Los avances se suceden a nuestro alrededor y no parece que le estemos dando demasiada importancia a lo que este progreso puede conseguir en una farola, más allá de mejorar su eficiencia energética, minimizar su consumo o aumentar su capacidad de iluminación.
Pero precisamente gracias a los avances que tanto nos solucionan la vida en otros ámbitos la iluminación callejera puede estar a punto de experimentar una revolución en cuanto asumamos que también las farolas pueden (y deben) ser inteligentes. Y es evidente que gran parte de este cambio de paradigma vendrá con la implantación de la tecnología 5G.
De hecho las farolas pueden ser clave en la difusión de esta nueva red de comunicaciones puesto que ellas mismas pueden llegar a convertirse en puntos de conexión a esta red, pero valiéndose de ella pueden, dotadas de los sensores adecuados, informar de accidentes o averías, activarse únicamente cuando detecten en las proximidades algún vehículo o peatón o servir de soporte para usos que por el momento no asociaríamos a una farola.
Un estudio elaborado por Northeast Group señala que en 2030 el 25 % de las farolas serán inteligentes y estarán conectadas. Para calcular esa cifra se valen de la estimación de los más de 28.000 millones de dólares que en todo el mundo está previsto que se inviertan en iluminación LED y sensores para farolas, que pasarán de las 326 millones actuales a 361 millones. Esto hace un crecimiento del 23 %, y la inmensa mayoría llevarán incorporada tecnología de sensores y conexión que las convertirán en farolas inteligentes.
Los beneficios no tardarán en notarse en movilidad, seguridad y respeto al medioambiente, al tratarse también de farolas con un consumo inferior a las actuales por las mejoras progresivas en la tecnología LED.