En España, 6 de cada 10 trabajadores han perdido dispositivos de almacenamiento con información de la empresa

Kingston considera “imprescindible que estos productos cuenten con los niveles de seguridad necesarios” para proteger los datos almacenados.

La flexibilidad que trae consigo la movilidad y fenómenos como el BYOD (Bring Your Own Device), que permiten utilizan dispositivos personales para tareas profesionales, está animando el mercado a la vez que trae implicaciones a nivel de seguridad.

En caso de pérdida o robo de los dispositivos, por ejemplo, las consecuencias para la empresa pueden ser realmente graves.

Así lo advierte Kingston, que además revela que 6 de cada 10 empleados han perdido en el último año en España algún dispositivo de almacenamiento que contenía datos corporativos.

“La movilidad de los datos, así como la necesidad de poder trabajar en cualquier entorno y lugar más allá de la oficina ha derivado en un auge en el uso de dispositivos portables como ordenadores portátiles, USBs y smartphones“, relata Pedro González, desarrollador de negocio de Kingston en España. “Estas estrategias BYOD ofrecen muchas ventajas a los empleados, pero al mismo tiempo también suponen un gran riesgo para la seguridad de los datos corporativos, por lo que es imprescindible que estos productos cuenten con los niveles de seguridad necesarios para garantizar que la información que almacenan esté protegida, incluso en caso de robo o pérdida del dispositivo”.

Para ordenadores portátiles y USBs, Kingston recomienda aplicar tecnología de cifrado de datos. En el caso de las memorias, apunta que una cuarta parte de los empleados no aplica medidas de seguridad, y eso que el 73 % acaba usando al menos 2 de estos dispositivos para trabajar. Para evitar males mayores, habría que recurrir al software de gestión en remoto, que permita bloquear el dispositivo o formatearlo en caso de necesidad.

En cuanto a los smartphones, tan arraigados ya en todo el mundo, no viene de más realizar copias de seguridad de la información.