Empieza la segunda Carrera Espacial: mineros y asteroides
Hablar de minería espacial casi parece remitirnos a alguna película de ciencia-ficción, pero en realidad es algo que ya está sucediendo puesto que al menos dos empresas de las denominadas start-up se encuentran actualmente desarrollando todo lo necesario para lanzar una nave al espacio, hacer que se pose en un asteroide y proceder a extraer del mismo los materiales que más aprovechamiento puedan generar.
Por el momento los dos contendientes son Deep Space Industries y Planetary Resources. La primera, de más reciente creación, ha reunido a un buen número de antiguos ingenieros de la NASA, emprendedores y consultores aeroespaciales y del campo de la minería. La segunda, más veterana, cuenta con el apoyo de acaudalados empresarios como el cofundador de Google, Larry Page.
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El plan consiste en enviar al espacio pequeños satélites de bajo coste en trayectos de una única dirección (podría hablarse de satélites desechables) que sondearán los asteroides designados como susceptibles de contener recursos minerales de interés, enviando desde sus proximidades datos mucho más certeros y precisos que los que hasta ahora se recaban desde la larga distancia que media entre dichos cuerpos celestes y los telescopios espaciales.
Para poder hacer uso de los materiales que estos satélites puedan extraer de los asteroides en los que lleguen a posarse incluso llevarán a bordo una forja de microgravedad, una pequeña impresora 3D capaz de construir herramientas con los propios materiales presentes en el asteroide.
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Siempre se ha dicho que la única razón para la Carrera Espacial fue política, la pugna por el equilibro de poder entre USA y la URSS nos llevó al espacio y probablemente evitó que la Guerra Fría llegase a convertirse en la Tercera Guerra Mundial. Y terminada aquella pugna de ahí quizás el no haber regresado al espacio más allá de la comodidad de nuestra órbita. Esta vez la razón para volver allí arriba es económica y empresas como Deep Space Industries y Planetary Resources son las primeras en emprender esta carrera de la que pueden extraer millones de dólares en minerales.
Ambas tienen planes para lanzar el próximo año sus propios pequeños microsatélites, convirtiéndose quien lo haga antes en la primera empresa privada en conseguir enviar una misión a un asteroide. Quizá la mayor diferencia con respecto a la primera Carrera Espacial es que en este caso no gana sólo quien llega el primero sino que todos los competidores pueden llevarse su parte de un pastel tan suculento como generoso, puesto que en órbitas cercanas a la Tierra existen de dos a tres millones de asteroides susceptibles de este aprovechamiento minero. Se estima que cada tonelada de mineral procedente de los mismos tendría un valor aproximado de un millón de dólares.
vINQulo