Qimonda, la compañía portuguesa especialista en chips que el año pasado se precipitó a la debacle financiera, ha conseguido desprenderse de su división de memorias gráficas, que pasará a manos de la japonesa Elpida.
Los términos comerciales del acuerdo no se conocen aunque, como recoge el diario lisboeta Público, sí se ha filtrado que la asiática contratará a 50 de los ingenieros de la división portuguesa para que desarrollen el producto en Munich.
“Tenemos el know-how, el equipo y las personas para la fabricación, porque gran parte de nuestra producción es producto gráfico”, apunta un sindicalista a Diario de Noticias.
Los portugueses esperan que la fabricación del producto se quede en la factoría de Vila do Conde.
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