Se trata de un cilindro cerrado con una bacteria en el interior que al alimentarse de basura genera energía suficiente para cargar un móvil y otros pequeños dispositivos. El objetivo de estos estudiantes del instituto tecnológico de Massachusetts es hacer llegar la electricidad a los millones de personas que actualmente viven sin ella. Actualmente, muchos de ellos recurren a la energía solar y a las baterías de coche para poder tener luz.
La nueva solución se llama Microbial Fuel Cell (MFC) y consiste en un contenedor Plexiglas lleno de materia orgánica vegetal como hierba, flores, hojas, etc, bañada en una solución líquida. La bacteria del interior consume el azúcar, el almidón y otras materias orgánicas que pueda encontrar produciendo electricidad en el proceso.
Actualmente, el equipo busca patentara esta tecnología, ya que no utiliza platino, como otros diseños similares. De hecho, los desarrolladores dicen que todo el aparato podría construirse por sólo dos dólares.
Aunque por el momento el MFC produce muy poca cantidad de electricidad, podría retocarse para producir cien veces más, con lo que sólo se necesitaría un día para cargar una batería de móvil.
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