El método se ha utilizado ya con dos teléfonos Nextel, pero puede activarse en cualquiera, según la oficina de seguridad del Departamento de los Estados Unidos. De esta forma, el FBI puede pinchar un teléfono móvil y utilizarlo como micrófono para escuchar las conversaciones cercanas. Los fabricantes de móviles pueden, gracias a esta ley, instalar una pieza de software en los dispositivos y sin que lo sepa el propietario, podrán activar el micrófono incluso cuando el propietario no esté haciendo una llamada.
Se rumoreaba que estas capacidades habían sido ya instaladas en teléfonos Motorola después de saber que los responsables de los atentados del 11S utilizaron los móviles para coordinarse.
Todavía hay quien piensa que estos métodos no existen y que el FBI necesita instalar físicamente el “bug” para poder registrar las conversaciones. Sin embargo, con la moda de los teléfonos PDA y de los dispositivos que soportan software a medida, no pasará mucho tiempo antes de que los hackers o el gobierno encuentren la forma de explotar posibilidades parecidas.
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