El yuan digital chino ya tiene 260 millones de usuarios individuales
El yuan digital, moneda respaldada por el Banco Central de China, ya tiene más de 260 millones de usuarios.
Una quinta parte de la población de China ya es usuaria del yuan digital, la moneda electrónica oficial sustentada por el banco central del país, habiendo efectuado transacciones por valor de 12.160 millones de euros, según ha informado mediante un comunicado Zou Lan, director de Mercados Financieros del Banco Popular de China.
El país lleva dos años desarrollando la versión digital del yuan, su moneda nacional, mediante programas de implantación gradual en distintos territorios. En este año 2022 se ha dado un paso definitivo con la puesta a disposición a través de sus respectivas tiendas de aplicaciones de monedero electrónico para el yuan digital en iOS y Android, mediante sendas apps para ambos tipos de ecosistemas móviles.
El yuan digital no es una criptomoneda, puesto que este tipo de activos digitales están completamente prohibidos en el país, sino que se trata de una versión virtual de la moneda de curso legal. Por tanto no se encuentra sujeta a la volatilidad habitualmente asociada a las monedas digitales como el Bitcoin, Ethereum y demás ni carece, como estas, de un valor intrínseco.
Moneda digital respaldada por la “analógica”
Al contrario, es una contrapartida digital del yuan “analógico” con lo que también se evitan algunas de las características asociadas a las criptomonedas, derivadas de su anonimato, como la de servir de instrumento para blanqueo de capitales u operaciones delictivas. Tampoco supone un riesgo adicional para inversores puesto que la fortaleza (o debilidad) del yuan digital corre pareja a la de la propia moneda nacional de China.
El siguiente paso en la estrategia de implantación del yuan digital pasa por la intención del Banco Popular de China de permitir las transacciones con esta moneda incluso sin conexión a Internet, mediante el uso de la tecnología inalámbrica NFC, como un monedero electrónico recargable cuyo saldo puede validarse con posterioridad a las transacciones efectuadas.