El turismo echa mano de la tecnología
El turismo es una de las industrias más importantes de España. El sector tecnológico debe aprovechar las oportunidades que existen en la modernización del sector.
Guías turísticas
Es imposible hacer turismo y no llevar algún tipo de guía. Hay muchísimas aplicaciones que ofrecen amplísima información de países, comunidades autónomas y ciudades. Estas apps incluyen los principales atractivos turísticos, itinerarios, precios y horarios de museos, reserva de entradas, propuestas de alojamiento y restauración, audioguías, información de transportes, geolocalización y navegación GPS, etc.
Lo más novedoso en este ámbito es la inclusión de realidad aumentada, que permite enriquecer la visita del turista. Esta tecnología superpone contenido virtual a través de la pantalla del smartphone o la tablet, ofreciendo texto, imágenes, sonidos, vídeos o animaciones que amplían la información del lugar que se visita. Por ejemplo, una reconstrucción tridimensional del Coliseo romano o una explicación interactiva del cuadro de Las Meninas si estamos en Museo del Prado.
Incluso se puede enriquecer un folleto turístico o un mapa, ya sea el que proporcionan las oficinas de turismo o los mapas dispuestos en diferentes puntos de la ciudad. Así, es posible mostrar imágenes tridimensionales e información sólo con apuntar con la cámara del móvil a un código QR. Quizá ‘gadgets’ como las Google Glass traigan otras aplicaciones interesantes.
Junto a las guías específicas de una determinada ciudad o región, tenemos apps que ofrecen información de múltiples destinos, como Tripwolf, TouristEye, Minube, etc. Field Trip tiene una opción destacable, ya que cuenta con un sistema de alertas que avisa al turista cuando pasa cerca de algo interesante, proporcionando información sobre historia local y monumentos, dónde comprar o comer…
Ocio y restauración
Comer bien y aprovechar el ocio que brinda un destino turístico en fundamental para el éxito de un viaje. Existen muchas apps para buscar y reservar un restaurante, comprar entradas para espectáculos, localizar descuentos, etc. Una de las ventajas de este tipo de soluciones es que nos permiten la geolocalización, pudiendo obtener información de lo que tenemos cerca. Además, podemos beneficiarnos del aspecto ‘social’ de estas aplicaciones, gracias las valoraciones y recomendaciones del resto de usuarios. Entre estas app encontramos algunas como Foursquare, TripAdvisor, Eltenedor/La Fourchette, Yelp, Restalo, AroundMe, Guía Repsol Restaurantes, etc. También es curiosa Foodspotting, una guía visual para encontrar platos de comida y saber dónde conseguirlos. Los usuarios hacen sus recomendaciones y suben fotos y comentarios.
Para entradas de espectáculos y deportes, contamos con Ticketmaster, que también ofrece recomendaciones mediante geolocalización y aporta alertas con ofertas, información sobre entradas ‘last-minute’. Y también es muy interesante 50% off New York Events. Nueva York es la ciudad del mundo con mayor oferta de ocio, por lo que es de gran ayuda una aplicación como ésta, que permite consultar y acceder a descuentos de hasta el 50% a multitud de espectáculos de Broadway, eventos deportivos, conciertos, etc.
Turismo activo
Hay una buena cantidad de aplicaciones orientadas al turismo activo, dedicadas a todo tipo de actividades: buscar, planear o registrar rutas de senderismo o en bici (Every Trail, Naturapps, Naviki, Oruxmaps, Senderos y rutas, Wikiloc), recabar información de campos golf y obtener consejos (Golfplan, Scaddie), conocer el estado de las pistas de esquí y qué hacer en el ‘après ski’ (Estaciones de Esquí, Ski Montagne, Snow & Go), saber dónde practicar submarinismo (Scuba Diving, Sitios de buceo), informarse sobre la situación de la mar y el viento para la práctica de deportes naúticos y navegar (WindFinder, iMar, iPlaya, JourSail, TuMarea), localizar y reservar amarre (Portbooker), etc.
Una tendencia interesante es la popularización del ‘geocaching’, consistente en utilizar el smartphone para geolocalizar pequeños objetos y seguir las pistas para localizarlos, como si se trata de una ‘búsqueda del tesoro’. Geocaching es la app más conocida.
Otras utilidades
Además de las aplicaciones más puramente turísticas, existen una gran variedad de soluciones que pueden ayudar al viajero una vez que llega a su destino. Por ejemplo, son especialmente importantes los traductores. En particular, destacan aquellos que permiten capturar un cartel o folleto con la cámara y traducir instantáneamente, como Google Translate o World Lens.
Pero tenemos absolutamente de todo: apps para controlar y documentar los gastos del viaje (Expensify), convertir moneda (XE Currency), calcular propinas (iTip), dividir los gastos del viaje entre todos los miembros de grupo (Settle Up, TripSplitter), consultar el tiempo (Accuweather, The Weaher Channel), ayudar a hacer la maleta para que no se olvide nada (Packing Pro, Triplist), hacer fotografías, ubicarlas y compartirlas (Instagram, Postagram), encontrar redes wi-fi abiertas (Wi-Fi Finder) reclamar si surge un problema con un vuelo (Refund.me), planificar para evitar el ‘jet lag’ y hasta encontrar los baños públicos más limpios que tengamos cerca (SitOrSquat).
Big Data
La utilización de aplicaciones desarrolladas por empresas privadas y entidades públicas tiene como resultado la circulación de una ingente cantidad de datos de alto valor. De poco sirve disponer de toda esta información si no somos capaces de capitalizarla y aprovecharla. Por eso, la tecnología Big Data es una gran aliada del turismo. Gracias a ella, es posible conocer los flujos de turistas, cuáles son los aspectos que más les interesan, qué buscan, qué valoran positivamente o qué les desagrada, etc. Todo esto se puede utilizar para optimizar la gestión (ajustar rutas y frecuencias de paso de transportes públicos, modificar horarios de apertura de museos, mejorar servicio…), microsegmentar y personalizar las ofertas, ofrecer recomendaciones, fidelizar al cliente, medir comportamientos, etc.
Hay una gran oportunidad para las empresas capaces de tratar estos datos y ofrecerlos a compañías y organismos públicos. El desafío es poder aprovechar todo este flujo de información pero sin vulnerar la privacidad de los usuarios.