El trabajo remoto, ¿un reto cultural o tecnológico?
La tecnología permite ya trabajar en remoto pero ¿es todavía un reto cultural? Expertos de Evolutio y Cisco analizan las luces y sombras del teletrabajo de la mano de Silicon.
No hay duda de que el entorno laboral, tras el COVID, ha tenido un protagonista: el teletrabajo. Pasada la obligatoriedad del mismo que imponía la propia situación socio sanitaria, muchas organizaciones y casi más profesionales han visto cómo el trabajo en remoto se erigía como una fórmula perfecta para conciliar vida laboral y personal o, por qué no, como una vía de ahorros económicos, energéticos y de tiempo.
Así, mes a mes, se ha ido dibujando un nuevo escenario laboral que hoy está marcado por los modelos híbridos en su mayoría. Pero ¿qué retos abre este nuevo modelo laboral? ¿Es posible trabajar desde fuera de la oficina con la misma motivación, dedicación o sentimiento de pertenencia?
No hay duda de que son muchos los interrogantes que se abren con esta modalidad y, de hecho, una de las mayores preocupaciones de los responsables de las organizaciones es cómo hacer que sus empleados trabajen más cohesionados y motivados, con mayor eficacia y productividad, con mayor libertad y facilidades para hacerlo desde cualquier lugar y mejor comunicados y coordinados.
El trabajo remoto y flexible es una gran ventaja para los empleados que pueden conciliar su vida personal con la profesional pero no podemos olvidar que para algunas organizaciones a día de hoy implica todavía un reto conseguir que su fuerza laboral no se sienta desconectada y que los flujos de trabajo se mantengan activos, al tiempo que se evitan los silos, se eliminan barreras y se mejora la inclusión, el compromiso y el sentido de pertenencia de los trabajadores.
Y como muchos apuntan para conseguir que la fuerza de trabajo funcione con esta eficacia no basta con disponer de herramientas mainstream para apoyar cada necesidad puntual de comunicación o colaboración. Los empleados necesitan herramientas integradas, fáciles de usar y que proporcionen una experiencia coherente e inclusiva para abordar todas las interacciones del trabajo hibrido, ya sea desde la oficina, desde su hogar o desde cualquier lugar.
Reflexiones y experiencias que protagonizaron el encuentro organizado por Silicon España, Evolutio y Cisco y que, con la moderación de Daniel de Blas, responsable de Branded Content de Netmedia, reunía a Manuel Beltrán, director de la unidad de negocio de CX y Digital Workplace de Evolutio; Lara Álvarez, especialista en Colaboración en Cisco España; Pablo Giancarli, CIO, CTO e IT Manager de Rhenus; Javier Vélez, Head of Arquitecture de Capital Energy; Alberto López, Global Head of IT de Solaria; Raffaele Pascale, Product & Solutions Manager de Argos Multilingual; y Charo Ponce y Pierre Pita, ambos IT Sourcing and Vendor Manager de IT Services en Atradius.
Un espacio para la reflexión en el que, como explicaba Manuel Beltrán, director de la unidad de negocio de CX y Digital Workplace de Evolutio, la gran pregunta hoy en día es qué ofrecerle a un empleado para que realmente quiera desplazarse hasta la oficina para realizar su trabajo.
“Nosotros en la propia Evolutio tenemos un modelo que permite el teletrabajo al 100 por cien. La pregunta entonces es por qué ir a la oficina”, afirmaba.
Algo en lo que coincidía Lara Álvarez, specialista en Colaboración de Cisco España que afirmaba que hoy no tiene que ser una obligación acudir a la oficina sino algo que al trabajador realmente le apetece”. Además, añadía, esta nueva realidad va a incluso hacer que surja un nuevo perfil profesional, “el especialista en entornos híbridos porque no sólo hay que hablar y entender de herramientas de colaboración que facilitan el trabajo en remoto, hablamos de infraestructura de comunicaciones, de movilidad, de edificios inteligentes, etc.”
Y hablamos cómo no de cultura, para muchos de los participantes en el evento, el auténtico reto. Así, por ejemplo, Pablo Giancarli, CIO, CTO e IT Manager de Rhenus Logistics explicaba cómo en su compañía el teletrabajo aún no se ha introducido. “En el sector de la logística es tal vez más complicado y sobre todo hay una gran resistencia al cambio; de hecho lo que menos me preocupa es la tecnología, es un tema cultural”.
Además para el portavoz de Rhenus no basta con introducir herramientas y soluciones de TI que posibiliten ese trabajo en remoto sino que es indispensable “acompañar a los trabajadores en esa transformación, formándoles y mostrándoles el valor de este nuevo modelo” que, aunque en su compañía aún no es una realidad, afirmaba que hay que “prepararse para su llegada. Hay que mirar más allá del hoy”.
En la misma situación se encuentran en Solaria, según compartió con todos los asistentes Alberto López, Global Head of IT de la compañía. “Nosotros no tenemos la opción del teletrabajo. Es cierto que eso puede hacernos menos atractivos a la hora de captar talento pero creo que el trabajo en remoto cien por cien hace que no se genere el sentimiento de pertenencia a la empresa, el profesional no llega a saber realmente del negocio, a ser partícipe”.
Así, para el Global Head of IT de Solaria el modelo idóneo sería el híbrido aunque también en esa opción afirmaba que lo más importante es “convencer a la dirección y eso solo es posible mostrándoles que funciona, por que incrementa la productividad y reduce los riesgos”. Un desafío en el que, añadía, es necesario contar con partners tecnológicos que “realmente te sepan guiar, escuchar nuestras necesidades ejecutivas y así ofrecernos las soluciones tecnológicas que pueden solventarlas”.
Ese modelo híbrido es el que se ha instaurado en Atradius como explicó Pierre Pita, ambos IT Sourcing and Vendor Manager de IT Services. “En nuestra compañía se ha establecido un modelo en el que los empleados van a la oficina 3 días de la semana laboral. Es cierto que no es homogéneo para todos y que puede variar según cargo o departamento; por ejemplo, en el área de TI solo estamos obligados a ir presencialmente un día a la semana y eso también es necesario explicarlo a nivel compañía, justificarlo y gestionarlo culturalmente ya que puede despertar malestar en algunos compañeros”.
Además Pita señalaba que para él actualmente el gran atractivo de ir a la oficina físicamente es “encontrarme con el resto de los compañeros, compartir tiempo físicamente con ellos”.
Algo en lo que se mostraba totalmente de acuerdo su compañera Charo Ponce que, aunque reconocía que era más productiva trabajando en su domicilio, afirmaba que para ella quiere seguir yendo a la oficina “para no quedarse fuera de nada” y recalcaba también la importancia de “formar a los empleados en las herramientas que posibilitan ese trabajo, mostrándoles el valor que les aportan”.
En el lado totalmente opuesto se encuentran en Argos Multilingual, compañía en la que, como señaló su Product & Solutions Manager, Raffaele Pascale, existe la opción de elegir cien por cien teletrabajo. Él mismo ha optado por ese modelo del que afirmó que, en su experiencia, todo son ventajas. “No conlleva ni aislarse ni no poder acceder a, por ejemplo, una mejora profesional. Es simplemente una cuestión cultural, es necesario lógicamente cambiar a un modelo en el que se trabaja por objetivos”.
Totalmente de acuerdo se mostraba Lara Álvarez, de Cisco, que apuntó como es igual de posible hacer networking o sentirse parte de la compañía aun teletrabajando. “Lo que es necesario es poner al empleado en el centro, ofreciéndoles los espacios y herramientas para que pueda realizar su trabajo igual estando en la oficina que fuera”.
Un aspecto que también apuntaba Manuel Beltrán, director de la unidad de negocio de CX y Digital Workplace de Evolutio. “Es necesario invertir, dimensionar y acondicionar las oficinas… Para nosotros es clave la “hibridación”, que la experiencia del empleado sea igual de satisfactoria este donde este”.
Lo que nadie puso en duda es de que este modelo no tiene vuelta atrás, tal y como reflexionaba junto al resto de participantes en el evento Javier Vélez, Head of Arquitecture de Capital Energy. En su opinión, “algo tan terrorífico como el COVID ha provocado esta situación que es positiva ya que diluye nuestro perímetro profesional y personal” y que además es algo que las nuevas generaciones ya no demandan sino exigen: “Las nuevas generaciones apuestan por organizaciones más líquidas, les mueve el compromiso más que el cargo o el sueldo. Lo que viene, lo que ellos traen, es totalmente distinto afortunadamente. Un nuevo escenario en el que las riendas las lleva el talento y eso no tiene nada que ver con estar físicamente o no en una oficina”.
Tecnologías, formación, nuevos espacios… Un nuevo escenario se abre para las compañías en el que situar al empleado en el centro de todo, sin barreras físicas que delimiten ese centro, es clave.