El spam sigue creciendo inmune a cualquier medida en su contra
Ipswitch ha anunciado los resultados de un análisis trimestral sobre el correo basura.
En febrero, marzo y abril de 2006, el 62% de los correos recibidos fue basura, lo que supone un aumento de un 5% con respecto al último trimestre de 2005. La tendencia sube, las estrategias fallan y es probable que pronto la basura salpique más allá del buzón de correo electrónico.
Según Ipswitch, que estudia además las distintas categorías según la “temática” del correo, el rey indiscutible de la publicidad no deseada es el sexo y la pornografía, con un 24% de los mensajes. Luego hipotecas y préstamos, seguidos de cerca por los medicamentos y el software pirata. Por último lotería y juegos.
La peor noticia es que el porcentaje de correo basura irá en aumento. Sólo hay que echar la vista atrás para comprobar cómo ha sido así durante los últimos años, y que ninguna medida ha resultado eficaz para frenar la generación (para la recepción existen herramientas más o menos eficaces) de basura.
En junio de 2003 se llegaba a la salomónica situación de un 50% de correo inútil entre todo el tráfico circulante. Ryan Hamlin, jefe del grupo anti-spam de Microsoft, declaraba por aquellas fechas que las nuevas medidas legales que se estaban diseñando, provocarían un ligero descenso de esta tendencia para finales de 2004 o comienzos de 2005. Tres años más tarde sí que es cierto que se ha frenado la velocidad de subida (más que nada por las cifras que se están alcanzando) pero la tendencia sigue siendo al alza.
La situación era más preocupante hace algún tiempo. En Diciembre de 2002 se anunciaba ya que el 40% de los correos que circulaban por Internet eran basura mientras 7 meses después se llegaba al 50%. Desde entonces, al menos, sólo ha subido en un 12% más.
No se conoce bien en qué medida han influido en esta tendencia los planes de Yahoo, AOL y Microsoft, tres de las mayores compañías tecnológicas del mundo que junto con el gobierno del Reino Unido anunciaron en 2003 una estrategia diseñada para combatir el spam tanto de forma conjunta como por separado. Establecerían estándares técnicos para combatir la amenaza e intentarían promover nuevas leyes que perseguirían y castigarían de forma más severa a los infractores. Desde entonces, excepto por algunos casos más o menos sonados, el envío de correo basura sigue siendo algo poco perseguido. Las leyes dejan de ser eficaces en el momento en el que enviar spam puede ser una actividad descentralizada, llevada a cabo desde cualquier punto del planeta contra cualquier país, delegada en millones de máquinas secuestradas y encubiertas bajo direcciones falsas. Es realmente inabarcable.
Tampoco resultaron muy efectivas medidas técnicas agresivas como la que anunció Lycos a finales de 2004. Después de semanas de críticas y una sonada campaña publicitaria, Lycos Europa decidió suspender el polémico programa anti-spam titulado “Make love not Spam”. El programa consistía en la descarga gratuita de un salvapantallas para usuarios de Windows o Mac que cuando era activado enviaba peticiones inocuas a un servidor conocido de distribución de correo basura. El efecto combinado de todos los salvapantallas descargados provocaría una saturación de la máquina por congestión de tráfico. La polémica idea, tan criticada como alabada, pretendía alimentarse de bases de listas negras reputadas como Spamcop, pero fue rechazada por suponer una verdadera guerra “sucia” contra la basura. Además Lycos sufrió su propia medicina cuando un avispado spammer redireccionó los ataques hacia la propia página de la campaña makelovenotspam.com que estuvo inactiva durante horas. Lycos prometió la vuelta del proyecto pero hoy por hoy, nunca más se supo.
Blue Frog, un invento de la empresa israelí de seguridad Blue Security, también fracasa. Recientemente ha tirado la toalla en sus intentos de acabar con el correo basura mediante el envío de spam de vuelta a los emisores. Al parecer, al intentar atacar a los spammers, esta empresa recibió una embestida muy superior debido a que los remitentes de correo basura suelen contar con miles de ordenadores zombies que controlan en masa. Ante las amenazas y el consumo salvaje de tráfico, el presidente de la compañía Eran Reshef declaró que olvidar Blue Frog era la única manera de evitar una ciberguerra a gran escala (y que muy probablemente acabarían ganando los spammers).
No suele resultar buena idea emplear las mismas armas cuando se lucha luchar contra spammers y creadores de malware en general, pues siempre van un paso por delante. El spam, como la creación de virus, es desde hace tiempo un sector profesionalizado. Además ofrece la ventaja de que si bien una víctima no es estafado por los productos que se ofrecen, el correo en sí puede ir acompañado de algún tipo de malware que posiblemente reclute el sistema y sirva así para enviar a su vez más basura. En el mejor de los casos, si el correo es interceptado o ignorado, el spammer tampoco sale perdiendo y no tienen más que seguir enviando más millones de mensajes a coste casi nulo (el proceso y ancho de banda lo prestan los sistemas secuestrados) para que el mínimo porcentaje de las personas que “pican”, suponga en cifras absolutas una cantidad suficiente.
Una herramienta tan útil y casi imprescindible hoy en día, se ve empañada por una constante generación de basura que (igual que la “industria” vírica) no para de crecer y profesionalizarse. Esta tendencia al alza pone en peligro el uso del correo y supone un verdadero problema para usuarios, sobre todo de habla inglesa, lengua mayoritaria del correo basura. Y esto acaba de comenzar. La basura por mensajería instantánea y (la más preocupante) por mensajes multimedia a móviles está a la vuelta de la esquina. Esto sí que supondrá una verdadera molestia para todos.