El software también cuenta
La lucha por la próxima generación de DVD no paree haber tenido en cuenta las posibilidades del software.
Las grandes compañías fabricantes de productos de electrónica de consumo y los estudios cinematográficos más importantes están tomando partido por uno de los dos nuevos formatos de DVD de alta definición: Blue-ray y HD DVD. Esto no es nuevo, pues llevamos hablando de esta pugna desde hace varios meses. Estos formatos, que llegarán al mercado a finales de este año necesitarán DVDs de alta capacidad además de aparatos capaces de reproducirlos.
Esta batalla no es más que la apuesta de unos y otros por conseguir miles de millones de dólares en ingresos por venta de hardware y discos en el momento en que la demanda por contenidos de alta definición crezca.
En medio de esta batalla parece que la industria ha olvidado las posibilidades que ofrece el software, y concretamente el formato DivX, que es para el vídeo lo que MP3 es para el audio.
DivX es un códec, desarrollado por la compañía DivXNetworks, que está basado en MPEG-4 y que comprime los archivos de vídeo haciéndolos diez veces más pequeños que MPEG-2. Por ejemplo, una película en DVD puede ser comprimida de forma que quepa en un CD.
Los aparatos capaces de reproducir este formato ya están en el mercado; incluso el usuario podrá escoger entre varios modelos por debajo de los 60 euros. Entonces, ¿dónde está verdaderamente el problema? ¿Por qué obligar a los consumidores a llenar sus casas con aparatos diferentes que tienen un objetivo único, el entretenimiento?
Lo peor del caso es que existen varios estudios que demuestran que la mayoría de los usuarios están satisfechos con la calidad de imagen y sonido que ofrece el DVD. Y, otra cosa, ¿serán sus televisores capaces de reproducir esos contenidos de alta definición? Al fin y al cabo, esos miles de millones de dólares en ingresos por venta de hardware y discos saldrán de los bolsillo de unos consumidores que, en su gran mayoría, están conformes con lo que hay.