Desde su debut hace dos meses, el primer smartwatch en salir al mercado, el Samsung Galaxy Gear, ha vendido 800.000 unidades, una cifra que se ha situado por encima de las previsiones del fabricante, plantando cara a las críticas iniciales de la industria por su falta de características atractivas.
Samsung prevé ampliar las promociones de ventas para el dispositivo de cara a final de año, donde las fiestas navideñas resultarán cruciales para la implantación del smartwatch, como informa Reuters.
El reloj inteligente es el último intento de Samsung por demostrar que puede superar a Apple en innovación. Los de Cupertino trabajan en la producción de su iWatch, pero este no llegará a los usuarios hasta el año que viene.
Samsung ha invertido importantes recursos de marketing para familiarizar a los consumidores con las prestaciones del nuevo dispositivo y utilizar su despliegue como la compañía estrella del mercado.
A un precio alrededor de 300 dólares, el reloj funciona como un accesorio para la gama principal de smartphones Galaxy, con una pequeña pantalla OLED y funciones básicas como fotos, recepción de llamadas en manos libres y notificaciones de mensajes.
“Tenemos la intención de ampliar su disponibilidad para más dispositivos móviles“, ha anunciado Samsung en un comunicado.
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