El escenario económico inflacionista está frenando las contrataciones por parte de las empresas. Algunas incluso están acometiendo planes de despido.
Tras la ralentización registrada durante el último tramo de 2022, las intenciones de contratación de las compañías españolas se mantienen prudentes para el primer trimestre de 2023. Según el Estudio de Proyección de Empleo de ManpowerGroup para los meses de enero, febrero y marzo, la previsión neta de generación de empleo es del 3 %.
Respecto al trimestre previo, las perspectivas mejoran en un punto. En comparación con el arranque del año anterior, descienden treinta y uno. De hecho, España marca el mayor descenso interanual de todos los mercados analizados a nivel internacional por ManpowerGroup. También es el cuarto país con peores previsiones al situarse veinte puntos por debajo de la media del 23 %.
Los peores datos se los lleva el sector de energía y suministros, con un resultado neto de -16 %. También se prevé destrucción de empleo en la industria y los servicios de comunicación. Por su parte, la evolución de la Administración pública, la educación, el sector primario y el tercer sector será plana.
En el extremo contrario se sitúa el sector TI, que es el que lidera los pronósticos de contratación. La estimación en el ámbito tecnológico es mayor a la media nacional, con un 8 %. Otros sectores con comportamiento positivo deberían ser los de transporte, logística y automoción, finanzas y actividad inmobiliaria, salud y farmacia más bienes y servicios de consumo.
Eso sí, a pesar de las buenas perspectivas, el sector de la tecnología es el que registra una mayor caída respecto al trimestre anterior. Se deja nada menos que diecisiete puntos.
“El mercado español del empleo es especialmente sensible a la incertidumbre: los empresarios de nuestro país son de los más cautos de Europa”, comenta Francisco Ribeiro, Country Manager de ManpowerGroup. “Sólo uno de cada cuatro prevé ampliar equipos, frente al 45 % de Francia o el 41 % de Portugal”.
“Esto confirma dos tendencias: por un lado, que los empresarios buscan alternativas flexibles de contratación para mantener sus niveles de productividad. Y por otro”, añade Ribeiro, “la oportunidad de recualificación de profesionales, para así cubrir las nuevas posiciones de los sectores generadores de empleo neto”.
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