El reciente informe de Adyen, la plataforma global de tecnología financiera preferida por las empresas líderes, ha arrojado luz sobre el devastador impacto del fraude en el sector retail español. Según el “Adyen Index: Retail Report 2024”, los comercios minoristas en España han sufrido pérdidas que ascienden a los 15 mil millones de euros debido a actividades fraudulentas en el último año.
El estudio, realizado en colaboración con el Centre for Economic Business and Research (Cebr), señala que casi la mitad (35%) de los comercios minoristas en todo el mundo han sido víctimas de ciberataques o filtraciones de datos en el último año. En España, la situación no es diferente, con más de tres de cada diez empresas reportando haber sido afectadas por actividades fraudulentas.
En promedio, cada empresa minorista española ha perdido alrededor de 1.3 millones de euros debido a actividades fraudulentas. Además, el impacto en los consumidores también es significativo, con una media de 670 euros perdidos por individuo debido a fraudes en los pagos durante 2023, lo que representa un aumento del 234% desde la última encuesta realizada en 2022.
El informe también revela que, a pesar del aumento en la actividad fraudulenta, solo dos tercios de las empresas en España (65%) afirman tener sistemas eficaces de prevención del fraude, lo que representa un aumento modesto del 5% respecto al año anterior.
El crecimiento exponencial del fraude está influenciando el comportamiento de los consumidores, quienes se sienten cada vez más inseguros al realizar compras tanto en tiendas físicas como en línea. Un 21% de los consumidores españoles admiten sentirse más inseguros al comprar hoy en día que hace una década debido al aumento del riesgo de fraude en los pagos. Como resultado, el 28% de los consumidores prefieren comprar en tiendas que ofrecen mayores medidas de seguridad, y el 21% aprecia que se les solicite verificar su identidad de varias formas antes de realizar una compra en línea.
Ante esta creciente amenaza, las empresas están considerando diversas medidas para protegerse a sí mismas y a sus clientes. El 41% de las empresas encuestadas están pensando en cambiar de proveedor de servicios de pago por otro que ofrezca mejores mecanismos de defensa contra el fraude. Además, la mitad de las empresas españolas (50%) están evaluando cómo cumplir con la Directiva sobre Servicios de Pago 3 (PSD3), establecida por la Unión Europea para garantizar normas más estrictas en la protección de los consumidores y la información personal en el sector financiero.
Roelant Prins, CCO de Adyen, enfatizó la importancia de invertir en mecanismos de defensa adecuados para proteger tanto a las empresas como a los clientes, dada la sofisticación cada vez mayor de los métodos utilizados por los delincuentes. Destacó la utilidad del aprendizaje automático para detectar y prevenir actividades fraudulentas, y la necesidad de adaptar estrategias de prevención del fraude a los modelos de negocio específicos y las plataformas utilizadas.
El informe de Adyen se basa en una encuesta realizada a 38.151 adultos en varios países, incluyendo España, así como a 13.177 comerciantes en todo el mundo, entre enero y febrero de 2024. El Centre for Economic Business and Research (Cebr) también contribuyó a la investigación, ayudando a comprender el impacto del fraude a nivel mundial mediante modelos de datos.
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