La reciente caída de servicios causada por un fallo técnico global en CrowdStrike, que afectó a 8,5 millones de dispositivos Windows y perturbó las operaciones de aeropuertos, bancos y hospitales, ha puesto de manifiesto un problema cada vez más preocupante en el ámbito digital: la excesiva dependencia de grandes multinacionales para la gestión de infraestructura tecnológica. Según la empresa española NUUBB, especializada en ciberseguridad y servicios cloud para pymes, esta dependencia puede convertir cualquier fallo menor en una catástrofe global.
La centralización de servicios tecnológicos críticos en un solo proveedor aumenta significativamente el riesgo de que un fallo técnico, por pequeño que sea, desencadene consecuencias devastadoras. “Este incidente reciente resalta claramente los peligros de centralizar nuestras operaciones digitales en manos de unos pocos gigantes tecnológicos”, señala NUUBB. La clave para mitigar estos riesgos reside en diversificar los proveedores y aplicar estrategias de ciberresiliencia sólidas. Entre las medidas recomendadas por NUUBB se incluyen:
Uno de los puntos más importantes que destaca NUUBB es la necesidad de reforzar la soberanía digital española mediante la utilización de centros de datos locales. La mayoría de los centros de datos actuales están ubicados en Estados Unidos (39,2%), seguidos por Alemania (11%), Rusia (6,7%), Francia (3,9%) y Turquía (3,7%). Al contratar servicios con multinacionales, los datos a menudo se almacenan fuera de la protección de las leyes europeas, lo que incrementa el riesgo de pérdida de datos y limita el control sobre la información.
Para las empresas, contar con centros de datos en España supone una mayor protección de la información, previniendo usos indebidos o divulgación no autorizada, además de ofrecer una mayor independencia de proveedores externos. Esta estrategia no solo protege los datos sino que también fomenta la innovación y facilita la expansión a nuevos mercados.
Para los ciudadanos, el almacenamiento de datos en territorio español garantiza una privacidad más segura, protegiendo la información personal y brindando mayor seguridad contra ataques cibernéticos y otros riesgos digitales.
Además de los riesgos tecnológicos, NUUBB también resalta el impacto medioambiental de depender de servicios alojados en servidores externos, especialmente de grandes multinacionales. Un informe reciente de la ONU advierte que el consumo de recursos, como agua y electricidad, por parte de los centros de datos ha alcanzado niveles preocupantes, contribuyendo significativamente al agotamiento de materias primas.
En 2020, el sector de las tecnologías de la información y la comunicación generó entre el 1,5% y el 3,2% del total mundial de emisiones de gases de efecto invernadero, un nivel comparable al de la aviación o el transporte marítimo. Algunas empresas ya están adoptando un enfoque sostenible, ofreciendo opciones ecológicas que reducen la huella de carbono. Esta alternativa permite a las organizaciones elegir proveedores que prioricen la sostenibilidad en sus centros de datos.
La lección es clara: la diversificación de proveedores y la inversión en centros de datos locales son esenciales para proteger tanto la infraestructura digital como la soberanía de los datos. NUUBB recomienda a las empresas considerar estas estrategias para minimizar riesgos y avanzar hacia un futuro digital más seguro y sostenible.
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