En cuanto a las nubes externas, crecen cada minuto y, quién sabe, tal vez tu empresa quiera un pedazo también un día de estos. Son bastante rentables y cada vez más sofisticadas. También hacen que las responsabilidades cambien por completo de inclinación: todo lo que antes era tu problema, ahora se convierte en su problema. Tú eres el cliente ahora y por tanto puedes exigir un montón de cosas, como por ejemplo:
1. Disfrutar de lo que has pagado. Como cliente de la nube, quieres asegurarte de que los niveles de servicio prometidos se cumplen, que obtienes todos los recursos que pediste y que haces uso de la máquina virtual cada minuto que está en funcionamiento. Cuando pagas por hora, cada hora cuenta. Y si hay un apagón o cualquier otro problema, querrás que te lo digan y que se resuelva rápidamente.
2. Hacer un seguimiento de los cambios. Aunque no sea tu infraestructura, la carga de trabajo aún es responsabilidad tuya. Puedes ayudar a solucionar problemas y responder a los procesos de auditoría si haces un seguimiento de los cambios que se producen. Esto es más difícil que vigilar tu propia infraestructura, desde luego, y por eso hay que usar herramientas sofisticadas que automaticen la auditoría de cambios, de forma que se obtenga el nivel de visibilidad que el proveedor de la nube y los clientes necesitan.
3. Protege la privacidad. Una nube pública, como cualquier otro recurso público, no ha sido construida sólo para ti. Pero aún así, aún quieres que exista una cierta privacidad y aislamiento, y quieres saber que tu sistema no se arriesga a comunicarse con otros en la nube. Por mucho que sea externa, la nube tendrá que seguir manteniendo ciertas normas de civismo.
Los pronósticos parecen bastante irreales. Esa visión de un mundo en la que múltiples nubes están a tu disposición, donde resuelves tu carga de trabajo en la nube más cercana, barata y rápida, y donde esta carga puede moverse con facilidad alrededor del éter. Este sueño es aún bastante remoto. En el corto plazo, las compañías tendrán que construir su relación en torno a un único vendedor de nube. Y hoy en día, esa nube vive en nuestra oficina, enclaustrada entre el acero y el silicio de tu propio centro de datos.
Para llegar al mañana, conquistaremos hoy los retos de escalabilidad y automatización, conociendo lo local antes de explorar lo global. Porque ya se sabe: si se intenta solucionar los problemas desde dentro de la nube, lo único que conseguirás serán tormentas.
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