El rentable negocio de la ciberdelincuencia
El spam costó unos 100.000 millones de euros en 2009 y no se prevé que la cifra se reduzca este año.
Un año más la empresa de seguridad Symantec nos enfrenta a una cruda realidad en la que el ciberdelito puede superar los ingresos del tráfico de drogas a nivel internacional. El dato no es nuevo, pero lamentablemente no sólo se repite sino que crece.
Mientras que al principio la ciberdelincuencia, los hackers, buscaban protagonismo, desde hace unos pocos años lo que se busca es una compensación económica por sus “esfuerzos”, por lo que se calcula que en un 78% de los casos los ataques tienen un componente financiero. En este sentido las tarjetas de crédito siguen siendo el objetivo preferido de los ciberdelincuentes en un 32% de los casos.
El spam y los mensajes fraudulentos siguen creciendo, “y esto ocurre porque sigue funcionando”, afirma Javier Ildefonso, director de marketing de consumo de Symantec. Concretamente el spam costó 140.000 millones de dólares (99.500 millones de euros) en 2009 y no se prevé que la cifra se reduzca en 2010. Además, los botnet ayudan a rentabilizar los ataques de todo tipo, sobre todo de correo basura, lo que hace que cada vez sean más fáciles y más rentables, ya que un sólo administrador puede llegar a cada vez más ordenadores.
Según los datos de Symantec los ataques de phising, los correos electrónicos falsos y el fraude online que juegan con nuestros gustos, emociones y preocupaciones, así como otros engaños que intentan hacer que los consumidores ofrezcan datos personales, están aumentando un 20% mensualmente. A esto se le llama ingeniería social y los hackers la utilizan cada vez más para confundir a los usuarios y bajar sus defensas. Según Ildefonso, en la ingeniería social juegan un papel muy importante todos los datos privados que los usuarios colocan en redes sociales como Facebook, sin darse cuenta de sus repercusiones.
Además del crecimiento de la ciberdelincuencia en general, Symantec ha querido destacar la presencia de un tipo diferente de cibercriminal cuando afirma que uno de cada siete jóvenes de edades comprendidas entre los 10 y los 17 años ha recibido alguna propuesta de tipo sexual en Internet, y que al contrario que los ciberdelitos financieros cometen lo que define como “delito de depredación”.