Kaspersky Lab ha controlado la evolución de dos tipos concretos de malware, el ransomware y los backdoors, durante los diez primeros meses de 2018 y ha detectado crecimientos en ambos casos superiores al 40 %.
En comparación con el mismo periodo de 2017, el ransomware se ha disparado un 43 % y los backdoors lo han hecho un poco más, un 44 %.
“El aumento en el número de detecciones de backdoors y de Trojan-Ransom muestra que los actores maliciosos buscan de forma permanente nuevas formas de comprometer los dispositivos y ganar dinero”, explica Vyacheslav Zakorzhevsky, responsable de investigación antimalware en Kaspersky Lab.
“El interés continuo en el ransomware y en su evolución es una señal para seguir en alerta, tanto contra las ciberamenazas existentes y conocidas como sobre las nuevas aún desconocidas”, advierte Zakorzhevsky.
En total, el ransomware supone el 3,5 %de los nuevos archivos maliciosos que se identifican. Y los backdoors, un 3,7 %.
En general, cada día, las tecnologías de detección de Kaspersky Lab controlaron unos 346.000 archivos, cuando en 2011 eran 70.000. Eso sí, en comparación con 2017 y sus 360.000 han descendido.
“En 2018 hemos visto una ligera caída en el volumen de detecciones de malware diarias”, confirma Vyacheslav Zakorzhevsky, que dice que “esto podría indicar el interés de los criminales en reutilizar el malware antiguo que ya ha demostrado ser eficiente”.
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