El ransomware se consolida como el principal protagonista del mercado de malware como servicio
El ransomware se ha vuelto más sofisticado, adoptando técnicas avanzadas de cifrado y propagación, lo que dificulta su detección y eliminación
Según un reciente informe de Kaspersky Digital Footprint Intelligence, el 58 % de las ventas de malware como servicio (MaaS, Malware as a Service) corresponden a esta forma de ataque, lo que evidencia su creciente popularidad entre los ciberdelincuentes.
El ransomware es una forma de ataque que consiste en cifrar los archivos de un sistema o bloquear el acceso a él, y posteriormente exigir un rescate económico a cambio de desbloquearlos. Este tipo de malware ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años debido a su efectividad y rentabilidad para los ciberdelincuentes. A través del modelo Ransomware como servicio (RaaS, Ransomware as a Service), los delincuentes pueden adquirir y utilizar estas herramientas de forma fácil y accesible, sin necesidad de contar con habilidades técnicas avanzadas.
El informe revela que el 58 % de las ventas de malware como servicio están directamente relacionadas con el ransomware. Esto significa que la demanda de este tipo de ataques es muy alta, lo que a su vez indica que las organizaciones y usuarios son objetivos frecuentes de los ciberdelincuentes que buscan obtener beneficios económicos de forma rápida y relativamente sencilla. Además, el ransomware se ha vuelto más sofisticado, adoptando técnicas avanzadas de cifrado y propagación, lo que dificulta su detección y eliminación.
Razones para la “popularidad” del RaaS
La popularidad del RaaS se debe a varias razones. En primer lugar su modelo de negocio basado en el rescate económico es altamente lucrativo para los ciberdelincuentes. Las víctimas, generalmente empresas u organizaciones, se ven obligadas a pagar grandes sumas de dinero para recuperar el acceso a sus sistemas y archivos críticos. Esta forma de extorsión digital ha demostrado ser rentable, lo que atrae a más actores malintencionados a involucrarse en esta actividad delictiva.
Además la facilidad de acceso al ransomware como servicio ha contribuido a su popularidad. Los ciberdelincuentes pueden adquirir estas herramientas en foros clandestinos de la Dark Web o incluso a través de transacciones encriptadas en criptomonedas. Esto significa que no es necesario contar con habilidades técnicas avanzadas para llevar a cabo un ataque de ransomware, lo que amplía la base de potenciales agresores y aumenta el riesgo para las organizaciones.
Impacto en la operatividad de la organización
El impacto del ransomware va más allá de las pérdidas económicas causadas por el rescate pagado. Estos ataques pueden interrumpir por completo las operaciones de una empresa, provocando la pérdida de datos críticos, la paralización de sistemas y la afectación de la reputación y confianza de la organización. Además, el riesgo de sufrir un ataque de ransomware se ha vuelto aún más preocupante con el aumento del teletrabajo y la creciente dependencia de la conectividad digital en todos los ámbitos de la sociedad.
Ante esta realidad es crucial que las organizaciones refuercen sus medidas de seguridad para protegerse contra el ransomware. Esto incluye la implementación de soluciones de seguridad avanzadas, como firewalls, sistemas de detección de intrusiones y antivirus actualizados. Además, es fundamental realizar copias de seguridad periódicas de los datos críticos y educar a los empleados sobre las mejores prácticas de seguridad digital, como la identificación de correos electrónicos de phishing y la descarga de archivos solo de fuentes confiables.