“Cuando soy Darth Vader me siento fuerte”, dice el pequeño.
Por eso su madre le ha proporcionado unos auriculares del Señor Oscuro del Sith para que mientras está en el Hospital Infantil de Los Angeles esperando el momento de la intervención sea capaz de superar los nervios.
Esta mañana de viernes era el momento de entrar en quirófano para reparar la válvula dañada del corazón del pequeño Max y al parecer la intervención ha salido a la perfección. Dos horas después de cerrar sus ojillos el pequeño Max abandonaba la mesa de operaciones con una nueva válvula que le durará al menos 15 años y que para entonces no necesitará de cirugía tan invasiva para su reemplazo.
En 5 días abandonará el hospital. ¡Ánimo, Max! ─[CHLA]
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