Ya sea gracias a los relojes en forma de smartwatch, de las gafas en forma de smartglasses o de cualquier otro tipo de complemento o ropa tecnológica, lo cierto es que el mercado de la “wearable technology” apunta al alza.
O, lo que es lo mismo, en sólo cinco años se multiplicarán por más de 13, ya que para el presente curso fiscal se estima una facturación de 1.400 millones de dólares.
A la continua suma de participantes, especialmente de fabricantes cuyo nombre es de sobra conocido en campos como el de los smartphones, las tabletas o incluso los PC, también hay que añadir “una mayor sensibilización de los consumidores acerca de la wearable technology y una mejor visibilidad de la adopción de productos, especialmente en el segmento smartwatch”, apunta el analista Nitin Bhas.
Eso ayudará a aumentar las ventas, mientras que unos precios relativamente altos serán los aliados de unos ingresos también más abultados.
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