El consumo colaborativo cada vez tiene más fuerza. Si hace algunos años irrumpía el crowdfunding como forma de financiación de proyectos, después han ido llegando iniciativas como Airbnb o Uber, que se saltan los intermediarios para poner en contacto a usuarios, casando oferta y demanda.
Otro ejemplo de esta tendencia hacia la relación directa entre usuarios han sido las diferentes plataformas de préstamo entre particulares. En los últimos años han surgido varias iniciativas de este tipo, pero la más de moda en este momento es Lending Club, que saltó al parqué de Wall Street el pasado jueves.
Su modelo de negocio es sencillo. Los interesados solicitan un préstamo para lo que deseen y Lending Club los conecta con inversores particulares, concediendo el préstamo a cambio del pago de unos intereses mensuales. Cada préstamo tiene un grado de ‘A’ a ‘G’, que se basa en factores tales como el historial de crédito del prestatario o sus ingresos. La tasa de interés medio de un préstamo ‘A’ es actualmente del 7,6%, mientras que para un préstamo ‘G’ se eleva hasta situarse cerca del 25%. El importe máximo del préstamo es de 35.000 dólares para individuos y 100.000 para empresas.
El recibimiento del parqué neoyorquino no ha podido ser mejor. En su OPV, los título de la compañía salieron a 15 dólares, por encima de los 12 ó 14 dólares que se preveían. Ya en la jornada de su debut, la acción de Lending Club llegó a valorarse en 25 dólares, estabilizándose en torno a 23 dólares. Esto supone consolidar una capitalización bursátil en torno a 8.500 millones de dólares, una cifra sólo superada por apenas un ramillete de bancos estadounidenses.
Además de las expectativas de negocio depositadas en la empresa, este entusiasmo de los inversores quizá también se deba a las personas que están detrás del proyecto, puesto en marcha por el emprendedor francés Renaud Laplanche. En su consejo de administración se sientan miembros de ‘vieja guardia’ de las finanzas, como Larry Summers, exsecretario del Tesoro estadounidense, John Mack, antiguo CEO Morgan Stanley, o Mary Meekker, exanalista de Morgan Stanley y socia del fondo Kleiner Perkins. Además, Google invirtió en 2013 a través de su ‘venture capital’, Google Capital.
En cualquier caso, la compañía refrenda este interés con unos buenos datos. No en vano, Lending Club afirma que ha financiado préstamos por valor de 6.200 millones de dólares desde que nació en 2006. Sólo en este ejercicio, la compañía asegura que ha movido 3.000 millones en préstamos. Y se espera que cierre el año con unos ingresos de 160 millones, duplicando ampliamente las cifras registradas en 2013.
¿A qué se debe este auge del consumo colaborativo? La crisis ha tenido mucho que ver. El ‘cierre del grifo’ de los bancos ha obligado a buscar otras fuentes de financiación alternativas. El crowdfunding es un buen ejemplo de ello. En el caso de otros iniciativas, como Uber, BlaBlaCar o Airbnb, por ejemplo, el consumo colaborativo ha puesto en manos de sus usuarios una opción para obtener ingresos extra o abaratar sus viajes. Y en un momento de crisis, cualquier ayuda es bienvenida.
Por otro lado, el aumento de la penetración de los smartphones y el desarrollo de las redes de telefonía móvil de alta velocidad han aumentado las posibilidades de negocio, dando lugar a la aparición de multitud apps destinadas a promover algún tipo de consumo colaborativo.
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