Pat Gelsinger quiere asegurar la fabricación propia de los microchips de Intel. En la imagen, una oblea de próxima generación con docenas de procesadores
En los últimos años la demanda de microchips ha experimentado un crecimiento sin precedentes, impulsado por el auge de la tecnología y la digitalización en distintos sectores. Esto ha llevado a una dependencia cada vez mayor de países como China y Taiwán, donde se concentra la mayor parte de la producción mundial de estos componentes esenciales.
Sin embargo recientemente se ha anunciado que el precio de los chips fabricados por la empresa taiwanesa TSMC en su planta estadounidense aumentará en un 30 %. Esta noticia ha generado una gran preocupación en el sector tecnológico, ya que TSMC es uno de los principales proveedores de chips a nivel mundial.
Según las informaciones filtradas este aumento en el precio de los chips fabricados en Estados Unidos se debe a los costes adicionales que la empresa ha tenido que asumir para adaptarse a las regulaciones y estándares estadounidenses. Desde el comienzo de la pandemia de la COVID-19, Estados Unidos ha intensificado su política de proteccionismo tecnológico, lo que ha llevado a la introducción de nuevas medidas y restricciones a la importación de chips procedentes de otros países.
TSMC, consciente de la importancia del mercado estadounidense, decidió en 2020 invertir más de 12.000 millones de dólares en la construcción de una planta de chips en Arizona, la primera fuera de Asia. Sin embargo, la empresa se ha encontrado con un entorno regulatorio mucho más exigente de lo que esperaba, lo que ha obligado a TSMC a realizar importantes inversiones (hasta 40.000 millones de dólares adicionales) para cumplir con las regulaciones estadounidenses en materia de seguridad y medio ambiente en su segunda planta en suelo estadounidense.
Esta situación ha llevado a que TSMC tenga que aumentar el precio de sus chips fabricados en Estados Unidos para hacer frente a los costes adicionales que ha asumido. Se espera que este aumento afecte principalmente a los clientes estadounidenses de la empresa, que verán cómo se encarece el precio de los chips esenciales para sus productos tecnológicos.
No obstante cabe destacar que TSMC sigue siendo una de las empresas líderes en la producción de chips a nivel mundial, y este aumento en el precio de los chips fabricados en Estados Unidos no afectará a la totalidad de su producción. Además la empresa ha anunciado que seguirá invirtiendo en su planta de Arizona para aumentar su capacidad de producción y mejorar su competitividad en el mercado estadounidense.
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