El pastel atómico, desafortunada repostería

Aunque muchos historiadores y estudiosos militares coinciden en que sin el horror de los dos lanzamientos atómicos en Hiroshima y Nagasaki la IIª Guerra Mundial habría tenido una duración insostenible en la campaña del Pacífico y que probablemente se “ahorraron” infinidad de víctimas más, no deja de ser una ocurrencia cuanto menos de discutible gusto celebrar con una fiesta con todos los honores el éxito de unas pruebas de explosiones nucleares, pero el premio habría que dárselo al repostero que decidió empezar a dar forma a un hongo de merengue de inconfudible figura.

En 1964 el Ejército de los Estados Unidos de América concluyo con éxito un programa atómico que incluía explosiones nucleares en islas del Pacífico. La fotografía que podéis ver se publicó en las páginas de sociedad del Washington Post con el titular “Saludos a Bikini“.

Recordemos que Bikini es el nombre de la isla donde tuvieron lugar estas pruebas y al coincidir en esa época la aparición del traje de baño femenino de dos piezas no tardó mucho en calificarse como “explosivo”… y ya sabemos dónde tenían lugar ese año las explosiones más grandes.

La publicación de la foto desató la inevitable controversia sobre lo inapropiado de la misma, desatando el disgusto del inminente “enemigo soviético” y durante décadas la “Tarta Atómica” (como fue bautizada) sirvió de triste recordatorio de la forma de entender algunos el progreso científico que suponía el dominio del átomo. ─Antonio Rentero [Conelrad Adjacent]

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