El pago por click amenaza con definir la industria de contenidos digitales
Los casos de Apple Music y Amazon dan una idea sobre el futuro de la industria de contenidos.
Nadie lo sabe. La monetización de los contenidos en la red sigue siendo un enigma. Ni el visionario que moldeó las ventas por internet, Jeff Bezos, ha sabido cómo monetizar una de sus flamantes adquisiciones, el Washington Post.
El mismísimo Rupert Murdoch se lanzó a la piscina con The Daily, una publicación exclusiva para iPad, que echó el cierre poco después de su apertura.
Fuera de la industria mediática se está extendiendo un modelo: el pago por click. Spotify por ejemplo, paga a los artistas entre 0,006 y 0,0084 centavos por reproducción, algo más en el caso de usuarios Premium.
Pero gran parte de la rentabilidad de los contenidos digitales sigue descansando en la publicidad, un segmento que también vive una importante transformación. Ya no basta con mensajes unidireccionales y los banner cada vez son menos rentables. Por no hablar de los ad blockers.
Si nos detenemos en la publicidad, quien dio un golpe sobre la mesa en la forma de entenderla fue Google y su aplicación de la fórmula Pay Per Click. A diferencia de Spotify, el gigante cobra a sus anunciantes en función del número de clicks que generen sus anuncios. O al revés: el anunciante paga a Google por cada click en su contenido.
Es un modelo a la inversa, pero muy efectivo.
¿Y si la supervivencia de los contenidos en la red tuviera que ver con el pago por click o el cobro por click?
Acaba de ocurrir con Apple Music y con Amazon. La primera, ha prometido pagar a los autores también cuando los usuarios opten por la versión gratuita del servicio. En el caso de Amazon, se pagará a los autores de libros por cada página leída.
Aunque con sus diferencias, en ambos casos se trata de lo mismo: un giro al modelo más de compensación por lectura o reproducción. La incógnita es ahora si funcionará y si se desarrollará por otros jugadores.
El modelo podría ser extensible a la industria de contenidos audiovisuales. Una plataforma gratuita soportada por un gigante que paga a los creadores por reproducción.