Con la presunta presentación de aquí a un mes del nuevo iPhone (ya te hemos hablado aquí en Gizmodo de porqué no se llamará iPhone5) los rumores están desatados, y para terminar de complicarlo todo, encima son contradictorios. Uno de los más interesantes, porque decantándose la cuestión por una u otra solución tendríamos la respuesta al famoso form factor del terminal y de ahí se derivan muchas cosas, tiene que ver con el tamaño y (ojo, que vienen curvas) el formato de la pantalla. Porque lo determinante no es que tenga (o no) 4″ sino que se mantenga el formato actual de los dispositivos móviles de Apple (iPhone e iPad) o se apueste por un formato panorámico cercano a los 16:9. A continuación te enumeramos las razones que podrían justificar esa evolución junto con las que permitirían confiar en que todo quedará como está.
Recientemente han sido numerosas las fuentes que han apuntado a que en Apple se estaría trabajando en un nuevo iPhone con pantalla de formato panorámico 16:9 y resolución 1136×640 píxeles.
Fuentes habitualmente bien informadas (9to5mac, Bloomberg, Reuters, Wall Street Journal o iLounge). Actualmente la pantalla Retina del iPhone4S mide 3,5″ en diagonal con una resolución de 640×960 y un ratio equivalente 3:2. En el iPad no hay demasiado problema para reproducir vídeo en formato panorámico por el tamaño de la pantalla, pero en el iPhone las famosas bandas negras aparecen empequeñeciendo la imagen o puedes hacer un zoom con el que te pierdes los laterales o ver la totalidad del encuadre deformando la imagen. En Apple parece que están convencidos de ofrecer una solución a quien quiera ver los vídeos panorámicos en formato nativo, de ahí el hipotético cambio.
Los rumores proceden de empleados que estarían probando unidades preliminares embutidos en carcasas camufladas que “disfrazarían” el aspecto y diseño exterior. Lo cierto es que una pantalla panorámica ampliaría el escritorio añadiendo más iconos sin pérdida de calidad visual pero al mismo tiempo supondría un rediseño de las aplicaciones para poder hacer uso de ese espacio adicional.
Tampoco hay que olvidar que en Apple, como en otras grandes empresas, prueban distintos prototipos del mismo dispositivo con ligeras diferencias entre si, por lo que estos rumores podrían proceder del grupo que está trabajando con el prototipo 16:9 mientras que habría otro grupo trabajando con un iPhone más parecido a los existentes y quizá de ahí la contradicción sobre lo que podemos esperar a conocer en unas semanas.
En cuanto a los beneficios para el usuario de una pantalla 16:9 estarían, primero y principal, que es de facto el estándar de vídeo en HD, ya sea emisiones televisivas a 720p o BluRay en 1080p. Hasta los vídeos domésticos se graban en ese formato panorámico y todas las televisiones vienen ya así. Si la gente odiaba las bandas negras en la parte superior e inferior de sus viejos televisores formato 3/4 ¿por qué volver a encajar imágenes con una proporción en dispositivos con pantalla en otra distinta?
Sumemos al rumor sobre el rediseño de la pantalla el que apunta hacia un nuevo y más reducido dock connector, más estrecho, con un tamaño intermedio entre un MicroUSB y un MiniUSB, lo que indicaría una carcasa igualmente más estrecha y haría las delicias de la industria auxiliar de los cables, conectores y cargadores.
Por otro lado también son multitud los vídeos y especialmente las aplicaciones (las centenares de miles de aplicaciones) diseñadas específicamente para el formato más “cuadrado” del actual iPhone… ¿las perdemos? ¿las deformamos? ¿volvemos a las bandas negras? Tampoco sería muy aconsejable desechar todo ese “patrimonio”.
Curiosamente, de ser ciertos los rumores, el formato 16:9 del nuevo iPhone (recordemos, resolución 1136×640) tampoco se adapta al estándar HD que es 1280×720. Si además aumentamos la pantalla hasta 4″ tendríamos una densidad de píxeles por pulgada de 367.
Pensemos también en la batería y su duración. Si cada salto en la calidad de la pantalla Retina de los dispositivos de Apple (iPhone4S y el nuevo iPad) ha supuesto un problema adicional en cuanto a la energía precisa para mover esas pantallas, no menor sería el problema en esta ocasión. Un aumento en la demanda de la generación de gráficos, activación de píxeles, retroiluminación de la pantalla… pasaría factura y la autonomía decaería. Y además se supone que ahora el smartphone sería más delgado, con lo que tendremos menos espacio para la batería.
Probablemente el factor más importante en contra de que el nuevo iPhone cuente con una pantalla 16:9 sería la fragmentación. Por primera vez se produciría un salto en los dispositivos móviles Apple, un antes y un después en la plataforma iOS, acabando con una de sus, si no ventajas, al menos indiscutible diferencia con la plataforma Android.
Los desarrolladores tendrían que decidirse por uno u otro tamaño, trabajar para uno pensando en una versión/adaptación para el otro… los millones de usuarios de iPhone3G, 3GS, 4 y 4S se verían con dispositivos “obsoletos” en sus manos… y son clientes que siguen comprando nuevas aplicaciones y no todos van a cambiarse al nuevo iPhone de inmediato ni a corto o medio plazo. Y puede que no todos se encuentren cómodos con aplicaciones que lleven bandas negras para adaptarse a sus pantallas. Serían años de programadores manteniendo dos versiones de sus programas en un modo decididamente más complejo que ahora con las versiones para Retina Display.
Y ahora vamos con el iPad. Aunque no tiene exactamente la misma ratio de pantalla que el iPhone (4:3 / 3:2) las aplicaciones del tablet de Apple tiene su propio diseño y los juegos y aplicaciones “compartidas” se pueden adaptar de manera más sencilla. Pero una vez que el iPhone tenga un formato 16:9 y adopte/adapte el estándar 720p tendría todo el sentido que el nuevo nuevo iPad (iPad4, para entendernos) también adoptase el formato panorámico, algo que todo el mundo parece descartar.
De hecho en su día el propio Steve Jobs ya manifestó su disconformidad con el formato 16:9 en iPhone/iPad y parece que Tim Cook no tiene una opinión muy diferente, excepto para ver películas, que no es desde luego el uso principal que dan muchos al tablet de Apple.
Después de todos estos años en los que ambos dispositivos parecen gozar de amplia aceptación y su form factor no parece plantear dificultades ni problemas a millones de usuarios, ¿por qué cambiar?
La solución la tendremos en unas semanas y, como siempre, sea cual sea la decisión que se tome en el seno de Apple se nos venderá como la única posible, la mejor posible. Y millones de usuarios estarán de acuerdo, sea cual sea. Y tú, ¿qué opinas??[9to5mac / Bloomberg / Reuters / Wall Street Journal / iLounge]
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