El MCyT apuesta por la autorregulación en Internet

El Gobierno explica la regulación estricta relativa al spam debido a que
los costes de entrada de los agentes publicitarios en la Red son mínimos.

El director general para el Desarrollo de la Sociedad de la Información,

Jorge Pérez, considera que la regulación elaborada por el Ministerio de

Ciencia y Tecnología (MCyT) para controlar la proliferación de correos

electrónicos comerciales no solicitados (spam) es la más estricta que

se puede hacer.

La Ley de Servicios de la Sociedad de la

Información y de Comercio Electrónico (LSSI), aprobada en julio de 2002,

prohibía el envío de e-mails comerciales si los destinatarios no habían

previamente autorizado su envío.

No obstante, la Ley General

de Telecomunicaciones acaba de modificar la LSSI, por lo que se permite

el envío de este tipo de comunicaciones por parte de las empresas a

usuarios con los que ya tuviera una relación contractual y para dar

información sobre servicios o productos similares a los inicialmente

contratados.

Bajo este contexto, Pérez apunta que desde el MCyT,

cuando tiene que escoger entre regular o que se autorregule Internet,

prefiere no regular. En la medida de lo posible es mejor que los agentes

se controlen. Preferimos regular a posteriori, cuando ha surgido un

problema, antes que hacerlo ex ante, intentando anticiparlo.

En la misma línea, el directivo justifica la modificación de la LSSI para

adaptarse a la legislación comunitaria y admite que el problema sigue

lejos de resolverse. Más del 90 por ciento del spam proviene del

extranjero, porque no tienen una regulación tan estricta como la

nuestra, añade Jorge Pérez.

Asimismo, ha puesto

de manifiesto que se ha hecho una regulación tan estricta debido a que

los costes de entrada de los agentes publicitarios en Internet son

prácticamente cero, puesto que basta con acumular direcciones de correo

electrónico.