La escasez de talento en el sector tecnológicos es más que manifiesta. Casi dos tercios de las empresas españolas reconocen que tienen dificultades para reclutar profesionales capacitados, tal y como contábamos hace algunos meses. Además, un estudio de Equinix desvela que el 64% de los responsables de TI ven la escasez de talento como una de las principales amenazas para su negocio, como también recogíamos.
Ante tal situación, las herramientas low-code están adquiriendo protagonismo, ya que aumentan la productividad de los desarrolladores, algo fundamental cuando hay tanta competencia para reclutar talento.
“La innovación mediante la creación de aplicaciones de software es esencial para la transformación digital de las empresas, pero su desarrollo no deja de suponer importantes desafíos. Quizás el más notorio es la dificultad de encontrar y contratar ingenieros de software altamente especializados o la colaboración con proveedores externos. Con las herramientas low-code, usuarios que no tienen habilidades de programación pueden crear y mantener aplicaciones con un consumo de tiempo y costes no comparables. Esto democratiza el desarrollo de software para permitir que las distintas áreas del negocio puedan innovar y responder con agilidad a sus necesidades sin dependencia exclusiva del departamento de TI”, declara David Sanz, Solution Consulting director de ServiceNow en la región Iberia.
Igualmente, Juan Chinchilla, director de la Unidad de Negocio de Business Applications de Microsoft España, afirma que la principal ventaja del low-code “radica en la democratización de las habilidades de desarrollo de software, eliminando la necesidad de aprender a programar para construir herramientas, productos o servicios dentro de la organización”.
Asimismo, Sridhar Iyengar, CEO de Zoho Europe, remarca que el low-code permite el desarrollo de soluciones tecnológicas “sin necesidad de recurrir a un departamento específico de desarrollo y, lo más importante, sin requerir un amplio conocimiento en programación, gracias a la posibilidad de recurrir al ‘drag and drop’ de los elementos que se necesiten y a una compilación, prácticamente sin intervención humana”.
Esto es posible gracias a la concepción de este tipo de herramientas. “Son programas o plataformas que utilizan interfaces visuales y drag-and-drop, permitiendo a los usuarios crear aplicaciones o software personalizado sin necesidad de tener un conocimiento profundo en programación”, explica Marta de Francisco, Java & FSE Lead en Cognizant.
Igualmente, Gonzalo Goñi, Solutions Engineering director de Salesforce, destaca “la menor dependencia de habilidades avanzadas de programación, ya que no necesitamos tener a expertos en diferentes lenguajes, lo que amplía radicalmente el espectro de personas que nos pueden ayudar”.
Además, puntualiza que “reducir la necesidad de expertos abre la posibilidad de que mucha más gente de nuestra empresa se involucre en el desarrollo, lo que redunda muchas veces en aplicaciones mucho más ajustadas a la necesidad real del negocio”, añade.
De hecho, estas herramientas permiten que usuarios no tan especializados puedan crear soluciones adaptadas a las necesidades de la empresa. “El enfoque low-code puede hacer que todos los miembros de la empresa, no sólo los del departamento de TI, sean más productivos”, apunta Ramón Riquelme, senior advisory solutions consultant de Appian.
“Este año, según Gartner, el desarrollo de aplicaciones low-code representará más del 65% de la actividad de desarrollo de aplicaciones”, apunta Sanz. Igualmente, Iyenger indica que un 37% de las empresas españolas ya utilizan herramientas low-code, mientras que un 33% planea utilizarlas en los próximos años.
Además, recalca que “el uso de herramientas low-code permite una disminución de los costes, al poder crear más aplicaciones en menos tiempo”. Asimismo, insiste en que “el desarrollo low-code reduce la necesidad de más desarrolladores, reduciendo los costes de contratación”.
Otra baza importante del low-code es la personalización que ofrece. “Como es la propia empresa la que crea sus aplicaciones, de acuerdo a sus necesidades concretas, estas soluciones se caracterizan por una mayor flexibilidad y escalabilidad, además de una mayor eficiencia en todo el proceso de creación”, anota el CEO de Zoho Europe.
Asimismo, Iván Fernández Collado, director de Financial Services Consulting de KPMG en España, reseña que “al seleccionar una plataforma de este tipo, los clientes priorizan sobre todo la escalabilidad y flexibilidad, lo que significa que la plataforma debe crecer y adaptarse a las necesidades cambiantes de la organización”.
“Permite a las empresas adaptar sus aplicaciones a medida que sus necesidades cambian, sin necesidad de reescribir el código desde cero. Esto supone un ahorro en costos, así como una mayor eficiencia en la gestión de los recursos”, añade la responsable de Cognizant.
Esto también esto repercute en una mejor experiencia del cliente. “Con el desarrollo low-code, las empresas pueden adaptarse rápidamente a los cambios del mercado o a las necesidades de los clientes. El desarrollo low-code hace que cambiar las aplicaciones adaptándolas a nuevos requisitos sea fácil. Sin necesidad de llevar a cabo una codificación compleja, el desarrollo low-code facilita el cambio inmediato cuando es necesario”, anota el responsable de Appian.
Además, De Francisco subraya que “otra ventaja significativa de estas herramientas es la posibilidad de integrar fácilmente sistemas y servicios externos, lo que facilita la creación de aplicaciones complejas que requieren de la interacción con diversas plataformas”.
Igualmente, Goñi indica que “facilitan la integración de sistemas, ya que las plataformas low-code suelen ofrecer conectores y APIs que se integran fácilmente con otros sistemas”. Por ejemplo, indica que estas herramientas “pueden conectarse a una variedad de modelos de IA, permitiendo a las empresas elegir que modelos quieren emplear”. “Las opciones no sólo incluyen Large Language Models (LLM), sino también modelos de IA predictiva. Además, se puede entrenar o afinar esos modelos en los datos de Data Cloud, sin necesidad de mover o copiar los datos”, puntualiza.
Fernández Collado señala que las herramientas low-code se utilizan en múltiples áreas de negocio. “Dependiendo del tamaño e industria, las empresas ponen el foco en procesos comerciales, como pueden ser, aplicaciones de comercio electrónico, ventas, servicios al cliente, marketing y análisis de datos; o en procesos internos, como aplicaciones de recursos humanos, portales de empleados o servicios globales, etc.”.
De Francisco precisa algunos de sus principales usos. Por ejemplo, el desarrollo de aplicaciones móviles. “Las herramientas low-code permiten que desarrolladores sin un amplio conocimiento de programación puedan crear apps de forma rápida y sencilla, mejorando los tiempos de despliegue de las mismas”.
Lo mismo sucede en el caso de las aplicaciones web. “Basándose en su naturaleza visual, los desarrolladores pueden arrastrar y soltar componentes para diseñar la interfaz de la aplicación, sin necesidad de escribir código desde cero”.
También destaca sus aplicaciones en la automatización de procesos. “Son muy útiles para automatizar procesos en las empresas, como la gestión de pedidos, la facturación o el inventario. Esto permite ahorrar tiempo y recursos, y mejorar la eficiencia en la gestión”.
Asimismo, son muy útiles en la creación de prototipos. “Estas plataformas son ideales para la creación rápida de prototipos de aplicaciones o soluciones en IT, facilitando la selección de la mejor opción a desarrollar”. Y también en la integración de sistemas. “Pueden utilizarse para integrar diferentes sistemas IT de la empresa, optimizando la comunicación entre ellos y la productividad final.
El responsable de Microsoft presenta algunos casos de éxito. Por ejemplo, SEAT usó Microsoft Power Platform con 20 ‘citizen developers’, personas no profesionales de TI o programadores, que fueron capaces de crear 19 soluciones, “ahorrando hasta 2,5 horas por cada hora de desarrollo en sus procesos internos”.
También habla del caso de Toyota, que gracias al uso de Power Apps ha podido desarrollar y desplegar más de 400 aplicaciones en toda la empresa, “lo que ha llevado a los empleados de negocio a digitalizar sus procesos sin depender del departamento de TI, provocando un ahorro significativo tanto de dinero como de tiempo”.
Su plataforma Power Apps también ha sido usada en el proyecto de autoconsumo solar fotovoltaico Madrid Futuro Solar para crear una aplicación de gestión sin necesidad de programar. “Permitió acelerar el despliegue y mejorar la escalabilidad, simplificando el control de registros y procesos de manera personalizada.”
Asimismo, indica que Findango Finance ha utilizado Power Apps en sus áreas Comercial, Riesgos y Operaciones para “automatizar tareas y optimizar la gestión, resultando en un aumento del 80% en productividad y eficiencia”.
Además, las plataformas low-code se pueden combinar con la IA, permitiendo “desarrollar nuevas habilidades de IA generativa de forma rápida e intuitiva”, como explica el responsable de Appian.
“Las aplicaciones low-code, junto con la IA y la IA generativa, aceleran la innovación empresarial, optimizan la experiencia laboral y generan significativos ahorros en costes y mejoras en tiempos de entrega de valor. Por ejemplo, a la ya muy eficiente forma de innovar que supone low-code, la IA Generativa añade capacidades de text-to-code e incluso de text-to-flow. Esto supone que las configuraciones y la lógica de las aplicaciones se pueden crear con lenguaje natural. Y esto supone un 30% de productividad adicional al ritmo de innovación”, añade Sanz.
Aunque sus ventajas son muchas, el uso de herramientas low-code también presenta algunos inconvenientes.
En primer lugar, aunque sean sencillas de usar, hay que tener cierto nivel de conocimientos. Por eso, De Francisco cree que la “falta de personal técnico especializado pueden convertirse en un obstáculo, ya que las herramientas low-code están diseñadas para ser utilizadas por personas con conocimientos básicos de programación, pero requieren un cierto nivel de habilidad y comprensión de los conceptos de desarrollo de aplicaciones”. “Esto puede limitar la capacidad de las empresas para aprovechar al máximo estas herramientas y poder gestionar proyectos más complejos”, advierte.
Al hilo de ello, los expertos insisten en la importancia de la formación. “Es fundamental proporcionar formación a los empleados de las compañías que implementan estas soluciones para que puedan utilizarlas de manera efectiva”, reseña Chinchilla.
Sin embargo, queda mucho trabajo que hacer. “Alrededor de la mitad de las empresas ofrecen programas de capacitación integrales de este tipo de tecnologías. Una formación insuficiente puede afectar la eficiencia y la aceptación de la plataforma. Existe una clara necesidad de promover más iniciativas de capacitación para mejorar la efectividad de los proyectos de low-code”, apunta Fernández Collado.
El responsable de Appian también apunta que la capacidad de personalización es limitada. “Aunque estas herramientas son adecuadas para la creación de aplicaciones altamente complejas a nivel de negocio o con requisitos técnicos complicados, existen limitaciones de personalización a nivel de interfaz”, anota.
“Aunque son flexibles, no permiten el mismo nivel de adaptación que ofrece un desarrollo manual”, admite Goñi. “Frente a requerimientos o usos muy concretos, puede ser necesario recurrir a cierto desarrollo mediante código que los scripts o las plantillas con las que se trabaja en low-code no han contemplado previamente”, matiza el CEO de Zoho Europe.
Asimismo, Riquelme indica que su rapidez y facilidad de uso también puede hacer que se simplifique demasiado y se omita la realización de “un completo y correcto circuito de pruebas, imprescindible para obtener el máximo beneficio de la tecnología”.
Estas pruebas también son esenciales para garantizar la seguridad y el cumplimiento normativo, riesgo en el que se puede incurrir si los diseñadores de aplicaciones no tienen experiencia en seguridad informática. “La seguridad de las aplicaciones desarrolladas es una preocupación importante, ya que la simplicidad y la automatización de estas herramientas pueden dejar vulnerabilidades que podrían ser explotadas por ciberdelincuentes. Es fundamental implementar medidas de seguridad adicionales y realizar pruebas exhaustivas para garantizar la protección de los datos y la privacidad del usuario”, recalca la experta de Cognizant.
Además, el responsable de KPMG señala que “a medida que este tipo de plataformas se integran en los ecosistemas empresariales de las compañías, la necesidad de establecer las directrices y estructuras de gobernanza para guiar y gestionar este tipo de iniciativas low-code se vuelve más crucial para el correcto uso de éstas”.
Asimismo, Goñi incide en que “la facilidad de crear dichas aplicaciones puede provocar que se multiplique el número de las mismas, dificultando su soporte y mantenimiento”. De este modo, insiste en que “es necesario disponer de un modelo de gobierno que permita al área de Tecnología establecer políticas de creación de dichas aplicaciones, contar con un catálogo de aplicaciones y establecer las políticas de soporte y mantenimiento de las mismas”.
También advierte acerca de la posibilidad de que surjan “problemas de escalabilidad si se plantean para un proyecto de mucha complejidad o el uso de la aplicación se populariza más allá del escenario para el que se creó”. No obstante, señala que estas situaciones “pueden ser controladas con una buena política de monitorización y control”.
Por otro lado, la representante de Cognizant opina que “la integración de aplicaciones y la escalabilidad son desafíos a los que se enfrentan las empresas que utilizan herramientas low code”. “Es necesario garantizar que las aplicaciones desarrolladas puedan integrarse fácilmente con otros sistemas existentes y crecer en función de las necesidades cambiantes del negocio”, aclara.
“Integrar herramientas low-code con sistemas existentes puede ser complejo, especialmente si la arquitectura de TI de la empresa es heterogénea o si hay sistemas legados que deben ser compatibles”, reconoce Goñi.
Una de las principales barreras a la hora de apostar por herramientas low-code es la resistencia al cambio por parte de los desarrolladores y equipos de TI. “Nos encontramos con frecuencia reticencias culturales y también tecnológicas. Si una empresa no está acostumbrada a innovar con low-code, a veces le cuesta dar el primer paso”, lamenta Sanz.
“Muchos profesionales pueden sentir amenazado su expertise y temer que estas herramientas disminuyan su relevancia en el proceso de desarrollo de software”, expone.
La responsable de Cognizant considera que estas reticencias muchas veces se explican por la falta de comprensión y confianza en la efectividad de dichas herramientas. “Algunas personas pueden dudar de su capacidad para producir software de calidad y cumplir con los estándares de seguridad, escalabilidad y rendimiento necesarios en un entorno empresarial”.
De este modo, el experto de Appian considera que es indispensable adoptar un cambio de mentalidad, “especialmente si los equipos están acostumbrados a métodos de desarrollo tradicionales”.
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