El lado sensible de las telecomunicaciones
Samsung revoluciona el mercado de los móviles con un terminal capaz de sentir.
Tecnología haptics
A lo largo de este año Samsung lanzará al mercado un teléfono móvil con una diferencia; no sólo será capaz de enviar imágenes y vídeos en tiempo real, sino que el teléfono puede vibrar de manera que el usuario pueda enviar la sensación de una caricia con el mensaje de texto, o hacer que la persona que está al otro lado de la línea sienta una bofetada en pleno rostro. Bienvenidos al mundo de haptics, la tecnología que recrea el tacto y las texturas a través de estímulos artificiales.
Los haptics más utilizados se encuentran en el sector de los videojuegos, en sus vibrantes gamepads y volantes que reaccionan al tipo de asfalto. Estos dispositivos ofrecen al usuario la sensación de un buen disparo de golf virtual por la reacción de joystick, o permiten sentir el asfalto y los choques en los juegos de carreras de coches.
Pero lo interesante del teléfono de Sansumg es que es el primer uso de los haptics para el mercado de masas. Cuando el usuario envíe un mensaje de texto podrá añadir una serie de sensaciones desde un menú. Cuando el destinatario lea ese mensaje se activarán los motores vibrotáctiles de su terminal. Estas son, básicamente, versiones más complejas de los motores que permiten que los teléfonos móviles vibren cuando suenan. Una frecuencia precisa y la amplitud de las vibraciones que genere el motor simularán la sensación deseada.
Sintiendo la calidad
La tecnología haptic que hay detrás de los gamepads y el teléfono de Samsung ha sido desarrollada por la compañía Inmersion, uno de los líderes en este campo que se está desarrollando rápidamente. Desde sus inicios, los analistas ya auguraron a esta tecnología muchas aplicaciones, como guantes y controladores con los que ofrecer a los compradores a través de Internet la posibilidad de “tocar” los productos que fueran a adquirir.
Imagínense, en este sentido, ser capaces de sentir la calidad de un jersey de cachemira antes de comprarlo o sentir el acabado de un mueble de madera.
Al igual que los gráficos y el sonido, el tacto puede codificarse como bits digitales que se envían en paquetes a través de Internet o de las redes telefónicas y después de unen al otro lado. Si esto es así, habría que preguntarse por qué ha tardado tanto esta tecnología en desarrollarse. Parece que es más difícil que el sonido o la visión porque al tacto le acompaña una serie de factores físicos como la fuerza, vibración, temperatura o textura que, a diferencia de la luz o del sonido, se pueden sentir con todo el cuerpo.
Seguro que en breve dan con la clave y nuestros dispositivos nos ofrecerán algo más que sonido e imágenes.