El incierto debut de Facebook en bolsa
Tras registrar picos de 42 dólares, las acciones de la red social en el índice Nasdaq cerraron su primera jornada con un valor de “sólo” 38,27 dólares.
Facebook protagonizó el pasado viernes uno de los estrenos bursátiles más esperados de todos los tiempos. Y lo ha hecho dejando un cierto sabor de incertidumbre y alguna que otra pregunta en el aire: con un precio por título inicial de 38 dólares, las acciones de la red social llegaron a cotizarse a 42 dólares (un 10% más) para finalmente acabar la jornada con una ligera subida del 0,6%.
Esto ha significado cerrar con un valor de 38,27 dólares por acción un día en el que el Dow Jones ha vuelto a los números rojos y el índice en el que cotiza Facebook, el Nasdaq, acabó cediendo un 1,24%. Los analistas, por su parte, esperaban un alza de entre un 10 y un 50% para la red social.
El valor individual por acción había sido fijado en un principio entre 28 y 35 dólares como rango para el debut en bolsa, aunque posteriormente se subió a entre 34 y 38 dólares. Dentro de este último rango, los de Mark Zuckerberg optaron por el techo máximo.
Eso sí, ésta se ha convertido en la primera oferta pública de venta (OPV) en la que 500 millones de acciones han cambiado de manos durante su jornada de debut. Tan sólo 30 segundos después de sonar la campana, unos 82 millones de acciones ya habían sido intercambiadas, subiendo a los 100 millones 5 minutos después.
La oferta ha terminado con 421,2 millones de títulos, lo que ha permitido a la compañía captar unos 16.000 millones de dólares. Se trata por lo tanto de una de las mayores OPVs de la historia para una firma cuyo modelo de negocio está basado en Internet, y en la segunda más grande en la historia de los Estados Unidos. El número uno todavía lo conserva VISA, que salió al parqué en 2009.
La anécdota de la sesión la pusieron los equipos informáticos, que obligaron a retrasar la cotización media hora por problemas técnicos relacionados con el enorme volumen de operaciones.
Ahora a Facebook le queda demostrar que su estructura de negocio es rentable y mantener el interés de los inversores.