El fraude asociado a la publicidad digital no deja de crecer y de causar pérdidas. El año pasado el agujero fue de 59 000 millones de dólares.
Así lo certifica la consultora Juniper Research, que para este 2022 prevé que se alcancen los 68 000 millones. De ellos, 23 000 millones corresponderán a Estados Unidos, país que sufrirá las mayores pérdidas debido a actividades fraudulentas.
Estados Unidos también es el mercado más grande en cuanto a gasto en publicidad. Cuenta con altos niveles de penetración de internet y un destacado uso de navegadores y aplicaciones móviles, lo que explica que se encuentre en el punto de mira.
Su papel como líder “conducirá a una innovación sin precedentes en las tácticas de fraude”, indica la investigadora Scarlett Woodford, “y los anunciantes demostrarán una mayor necesidad de servicios de detección y mitigación del fraude”.
En este sentido, deberían recurrir a la tecnología de aprendizaje automático para comparar el tráfico publicitario con datos de referencia verificables. Los expertos también recomiendan a los anunciantes aliarse con proveedores especializados en tareas de detección y prevención de fraude.
Además de Estados Unidos, otros mercados muy afectados por el fraude publicitario son Japón, China, Corea del Sur y el Reino Unido. Entre estos cinco países representan el 60 % de las pérdidas a nivel mundial.
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