El FBI quiere cambiar la legislación sobre cifrado de datos
Los escándalos de la NSA y PRIMS han llevado a que empresas como Apple y Google busquen alternativas de cifrado de datos para proteger la privacidad de los usuarios, pero el FBI busca cambios legislativos para impedirlo.
Con Edward Snowden se destapó el mayor escándalo de espionaje y violación de los derechos de privacidad de la población, toda una trama en la que no sólo agencias estadounidenses vulneraban repetidamente la privacidad de la población, sino que en ella colaboraban también gobiernos de todo el mundo y empresas.
Si bien gracias a ciertos documentos se ha probado que varias empresas tuvieron que colaborar prácticamente coaccionadas, bajo amenazas de fuertes multas, no ha sido hasta hace poco que, gracias al respaldo de la filtración del escándalo, empresas como Apple y Google se han propuesto enfrentarse al espionaje sistemático protegiendo al usuario.
Una de sus vías ha sido la incorporación de sistemas de cifrado de los teléfonos móviles cuyas claves no están en los servidores de las propias empresas, por lo que en teoría únicamente los propios usuarios podría acceder a los datos. Según el FBI esto entorpece la labor de las fuerzas de seguridad, ya que no se puede obtener información sin el consentimiento del usuario, algo por otro lado bastante normal.
Si bien el FBI ha mostrado ya su desacuerdo con estos sistemas de cifrado, en una charla reciente en la Brookings Institution, el director del FBI, James B. Comey, ha declarado que “quizás es la hora de sugerir que el péndulo post-Snowden ha oscilado demasiado en una dirección, una dirección de miedo y desconfianza” y que “ya es hora de que continuemos el trabajo que han confiado en nosotros de la forma en la que querrían que lo hiciéramos”.
Está claro que nadie quiere que para “garantizar” la seguridad haya que espiar sistemáticamente a toda la población, pero aún así el FBI indica que es necesario que haya cambios legislativos que neutralicen la total privacidad de los sistemas de cifrados de Apple y Google, y quieren la creación de estándares de seguridad que garanticen el acceso.