Intentó reestructurarse y modificar su estrategia, pero finalmente la compañía de fotografía Eastman Kodak se vio obligada a acogerse hace más de año y medio a las disposiciones del Capítulo 11 sobre la declaración de quiebra estadounidense.
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A partir de ahí inició la venta de sus acciones y el abandono de ciertas unidades de negocio que en su día fueron claves para construir su fama mundial, como las cámaras de fotos, pero también las de vídeo de bolsillo y los marcos.
Ahora parece que a lo que será capaz de decir adiós, por fin, es a su situación de bancarrota.
Y es que Kodak ha recibido el visto bueno de los jueces para salir de este estado en el que se había sumergido y dedicarse a la tecnología de impresión digital para empresas y a los sensores de pantalla táctil para dispositivos móviles, según informa Bloomberg.
Esta autorización da la oportunidad al otrora gigante para comenzar a enderezar su vuelo, aunque lo hará como una empresa diferente a la que usuarios y accionistas conocían.
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