Brian Shul, uno de los pilotos que en su día sirvió en las Fuerzas Aéreas y que pudo manejar el Blackbird, relata cómo en un vuelo de reconocimiento sobre Libia recibieron la alerta del sistema. Un par de misiles tierra-aire habían sido lanzados contra la aeronave.
Sin perder tiempo tiró de la palanca incrementando la velocidad y ascendiendo. Cuando vino a darse cuenta estaban volando a 100 metros por segundo, superando el presunto límite teórico de Mach 3.2. Capaz de superar sin despeinarse los 2.000 km/h, el SR-71 se ha considerado como uno de los inalcanzables artífices del éxito americano durante la Guerra Fría.
Sentarse a sus mandos fue un privilegio que sólo llegaron a alcanzar 93 pilotos durante la vida útil del avión. Una de las bromas constantes sobre el Blackbird era su tendencia a perder aceite por diversas juntas. Debido a la dilatación de las placas que conforman su fuselaje, cuando alcanzaba tan vertiginosas velocidades se elevaba la temperatura y todo se expandía hasta quedar en su sitio, pero en tierra el SR-71 se parecía más al renqueante pick-up del abuelo. Aunque las juntas estaban cubiertas con gomas especiales al volar a velocidades subsónicas aquello se convertía en una lluvia de aceite.
Para combatir ese intenso calor generado en el fuselaje por las altas velocidades alcanzadas, el 90% del mismo estaba construido en una aleación de titanio que requería de herramientas especiales para reparar y mantener.
Shul relata una divertida anécdota del género “quién mea más lejos” ocurrida un día de pruebas sobre Arizona. Algunos aviones que volaban por la zona pedían a la torre de control más cercana lecturas sobre sus velocidades como forma de presumir ante quien estuviera escuchando. Una avioneta Cessna pidió referencia y le contestaron que iba a 90 nudos. Otro aeroplano Bonanza quiso participar en la competición y le respondieron que iba a 120. La sorpresa llegó cuando el piloto de un caza F-18 también pidió lectura de la velocidad que llevaba con respecto al suelo y pensó haber ganado la partida cuando le respondieron “620 nudos”.
En ese momento el piloto del SR-71 pidió comprobación. “Está usted volando a 1.982 nudos”. Se hizo el silencio, se acabó la competición. ─[Sled Driver]
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