El DNIe incorpora un chip capaz de guardar y procesar información de forma fiable. En este chip se guarda la huella dactilar del titular del carné, para acreditar inequívocamente su identidad.
La particularidad del DNI electrónico reside en los distintos procedimientos para registrar una huella digital electrónicamente y compararla: la huella almacenada en el chip es de tipo “rodado”, pues se recoge desde un sensor que permite rodar el dedo de forma similar al proceso actual con tinta. No obstante, la verificación en posteriores controles debe ser posible a través de las llamadas huellas digitales de tipo “posado”, para las que el dedo simplemente se posa y no se rueda.
Para ello, se desarrolló en el Siemens Biometrics Center, centro propio especializado en Biometría, el algoritmo que permite la comparación electrónica de estas huellas obtenidas por distintos procedimientos. Un requisito fundamental en este sentido era minimizar en lo posible el proceso de comparación y poderlo ejecutar en el microprocesador incorporado en la tarjeta. Y al mismo tiempo obtener un elevado rendimiento y una rápida ejecución con la máxima fiabilidad, para así poder garantizar la mayor eficacia del algoritmo que utiliza el carné de identidad electrónico español.
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