Las femtocélulas (femtocells en inglés) están comenzando a tener una relevancia en la industria de la telefonía móvil cada vez mayor. Son pequeños dispositivos que se pueden situar en lugares estratégicos de los edificios para mejorar la cobertura de banda ancha de los móviles, especialmente los que se encuentran en sus interiores.
Se trata de puntos de acceso que utilizan conexiones de banda ancha basadas en IP, como es el caso de DSL, fibra óptica, cable o conexiones inalámbricas) de tal forma que permiten ampliar el alcance de los servicios móviles dentro de un área localizada, como es el caso de las oficinas o los hogares. Esencialmente, tienen el aspecto de un router de consumo o un punto de acceso Wi-Fi, pero se encargan ampliar la cobertura 3G.
Este tipo de conexiones representa más de dos terceras partes del consumo de datos de un suscriptor típico. De las femtocélulas se lleva hablando varios años, pero no es hasta ahora cuando están experimentando una especial relevancia. Entre otras cosas porque el tráfico de datos mediante estos dispositivos crece a pasos agigantados y se hace necesario el uso de nuevas tecnologías que faciliten la cobertura.
Según un estudio de Informa Telecoms & Media, las femtocélulas son, cada día que pasa, una alternativa para solucionar esas limitaciones. Las operadoras, a sabiendas de ello, las consideran fundamentales para mejorar la calidad de servicio a los clientes. Las están desplegando a través de diversos modelos de negocio y actualmente existen a nivel mundial 16 grandes servicios en proyecto y 13 conformados como lanzamientos comerciales. Su despliegue se ha duplicado literalmente en tan sólo nueve meses.
En el informe se citan iniciativas en todo el mundo, siendo Vodafone la compañía que parece estar más interesada en el despliegue. De hecho, España será el segundo país, por detrás del Reino Unido, donde la operadora comience a instalar femtocélulas de forma masiva. “La demanda global de los operadores por las femtocélulas es innegable y, gracias a su madurez, se conforman como la única tecnología capaz de cubrir la elevada demanda en el tráfico de datos móviles. Son componentes vitales para el despliegue de la siguiente generación de banda ancha”, se afirma en el estudio.
Sin embargo, no todo son buenas noticias para este tipo de dispositivos. En el Reino Unido, por ejemplo, Vodafone está teniendo problemas con las entidades reguladoras en torno a la seguridad de este tipo de señales. La operadora cambió el nombre de sus femtocélulas para denominarlas Sure Signal (Señal Segura) e incluso redujo su precio de forma dramática desde las 160 libras hasta las 50 libras. No ha querido ofrecer datos sobre el número de dispositivos comercializados en las Islas Británicas.
En España, Vodafone ofrece acceso Premium de voz y datos a los clientes de oficina de la compañía a través de una femtocélula fabricada por Huawei. Según el comunicado ofrecido recientemente, las empresas podrán contratar el nuevo servicio por 15 euros/mes, el cual dará cobertura a un máximo de 32 dispositivos, aunque sólo cuatro de ellos de forma concurrente.
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