A finales de enero, un informe sacaba a la luz las lamentables condiciones en las que se encuentran los trabajadores del fabricante taiwanés Foxconn. Según sus conclusiones, deben afrontar largas jornadas en las que se superan las 60 horas semanales. “Muchos de ellos trabajan 12 horas cada día, seis días a la semana”.
Según Apple, todos sus suministradores de componentes hacen uso del código de conducta propuesto por la propia compañía en 2005, en el que se asegura que “las condiciones laborales son seguras y los trabajadores son tratados con respecto y dignidad”.
Para tratar de calmar el revuelo surgido tras la publicación del informe y desvincular a su marca de la explotación laboral, Tim Cook, CEO de Apple, ha viajado a China para conocer de primera mano las instalaciones del fabricante asiático.
Allí se fabrica buena parte de los iPhone que la compañía comercializa a nivel mundial. Ataviado con bata y gorro amarillos, el máximo representante de la firma de la manzana no ha realizado declaraciones sobre esta visita, simplemente se ha dejado fotografiar saludando a algunos de los trabajadores allí presentes, tal y como muestra la imagen publicada por Reuters.
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Su cometido pasa por consolidar y ampliar el ecosistema industrial en España y Portugal.
