La explosión tecnológica no ha hecho más que comenzar. Si las ventas de dispositivos inteligentes conectados crecieron un 29,1% el año pasado hasta alcanzar los 1.200 millones de unidades repartidas por todo el mundo, los expertos ya están haciendo cálculos para lo que será el futuro, y pinta realmente bien.
Y, lo que es más importante, de estos 1.700 millones la gran mayoría (unos 1.000 millones de dispositivos) se moverá en mercados emergentes y muy especialmente en los denominados países BRIC (Brasil, Rusia, la India y China), que absorberán hasta 662 millones de unidades valoradas en nada menos que 206.000 millones de dólares.
Por su parte, el bloque conformado por Estados Unidos, Reino Unido y Japón alcanzará los 400 millones de unidades como mínimo, lo que implica mover unos 204.000 millones de dólares en total.
Si se realiza la comparación en base al tipo de producto, los smartphones y las tabletas serán obviamente los dispositivos que impulsarán esta bonanza. De hecho, se calcula que representará 1.400 millones de los 1.700 millones de dispositivos vendidos a lo largo del próximo curso.
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