El estudio investigó la actividad de diversos servicios de gestión de correo electrónico, con un total de 80 millones de buzones de correo gestionados. Eso permite saber cuál es la relevancia del spam en cada momento.
Las conclusiones fueron claras: únicamente el 5% de todo el correo que se envía acaba llegando a las buzones. Eso significa que el 95% del tráfico se considera spam, algo que confirma un ligero crecimiento de ese tráfico, que antes era del 94%.