Cuando se dice que la movilidad se ha extendido por el mundo, incluido el panorama laboral de la mano del BYOD (“Bring Your Own Device” o trae tu propio dispositivo a la oficina), se trata de una apreciación constatada con números.
A día de hoy se calcula que la mayoría de los trabajadores, concretamente dos tercios de ellos, lleva sus propios gadgets móviles a la oficina y los utiliza para tareas profesionales. E incluso un número superior, más de 9 de cada 10 o hasta un 92%, guarda información importante de su empresa en tabletas y smartphones que luego emplean también en su vida personal.
Así lo refleja un estudio de Kaspersky Lab, que además revela que el 60% teme a la ciberdelincuencia pero no toma todas las medidas necesarias para evitarla. ¿El motivo? Creen que quien debería garantizar esa seguridad es la propia compañía para la que trabajan.
Aunque las empresas de grandes dimensiones parecen más concienciadas sobre estos temas, el mayor peligro llega cuando se investiga lo que ocurre en las de pequeño y mediano tamaño.
Según las indagaciones de Kaspersky, casi un tercio de las pymes no considera que el BYOD entrañe riesgos. Además, más de 8 de cada 10 no mostrarían interés en cómo garantizar protección a la información móvil. Su confianza parece puesta en las soluciones gratuitas.
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