“La factura electrónica se consolida en Europa”. Así lo anuncia SERES, que ha publicado los resultados para el Viejo Continente durante 2020, un año que ha sido clave para su masificación.
España, junto a Italia, es uno de los países en los que más ha avanzado esta solución tecnológica. No sólo a nivel de Administraciones públicas, obligadas desde la pasada primavera a recibir y procesar sus facturas en formato electrónico en exclusiva, también para las contrataciones entre empresas.
Francia, que ha desarrollado un plan de implantación progresiva de este tipo de factura hasta 2025, es otro de los países destacados.
En total, el informe La Factura Electrónica en Europa de SERES devela que el 100 % de los países europeos usan la e-factura en sus transacciones comerciales. En más del 80 % de los casos su uso es obligatorio, mientras que el resto se acoge a esta solución de manera voluntaria.
“Sus importantes ventajas en un contexto de digitalización de las relaciones comerciales, impulsado a su vez por el estallido de la pandemia, han reforzado su masificación a nivel internacional”, sentencia SERES.
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