El 79 % de la huella de carbono de un portátil se genera durante su fabricación

Atos calcula que, en las grandes organizaciones, 3 de cada 4 ordenadores portátiles pueden ser remanufacturados y que el resto es reacondicionable o reciclable.

Uno de los retos a los que se enfrenta la industria informática es el respeto por el medioambiente. Esta industria padece un fuerte nivel de desperdicio que impacta sobre la propia sostenibilidad del entorno de trabajo. También existe margen de mejora en los procesos de fabricación.

De acuerdo con las cifras que aporta un estudio de Atos, la gran mayoría (79 %) de la huella de carbono vinculada a los ordenadores portátiles se produce en el momento de la fabricación.

Cada nuevo dispositivo genera unos 338 kilos de equivalente CO2 sin que llegue a ser utilizado, es decir, antes de que caiga en manos de su dueño. Esto lleva a pensar en soluciones como alargar el ciclo de vida.

Atos calcula que, pasando de la renovación estándar de 3 años a otra de 4 años, las empresas podrían reducir las emisiones del dispositivo en un 25 % sin perjuicio a la experiencia de usuario.

Una renovación basada en los datos y en el estado del dispositivo, combinada con el reacondicionamiento, podría estirar la vida útil en varios años.

El informe “Aumentar la sostenibilidad del entorno de trabajo digital: una estrategia basada en datos para avanzar colectivamente” revela que 3 de cada 4 portátiles en las grandes organizaciones pueden ser remanufacturados. Y el resto podría terminar reacondicionado o reciclado, contribuyendo por tanto a la economía circular.

Muchos empleados, hasta un 75 %, estarían dispuestos a mantener sus dispositivos durante más tiempo si fueran conscientes del beneficio medioambiental.

La investigación de Atos demuestra la necesidad de concienciar a los trabajadores. Como ejemplo otro dato: en la actualidad, el 16 % de los dispositivos permanece siempre encendido.