En este caso, el estudio recomienda que si es necesario realizar una llamada antes de irse a dormir, lo mejor es hacerla desde el teléfono fijo. De esta manera, se evitaría la posibilidad de que el sueño se viera modificado.
La investigación se llevó a cabo entre 35 hombres y 36 mujeres de entre 18 y 45 años. Algunos de ellos fueron expuestos a una radiación equivalente a la producida por un teléfono móvil, mientras que el resto se sometió a una radiación menor. Los primeros tardaron más tiempo en comenzar a experimentar los estadios más profundos del sueño y pasaron menos tiempo en el más ligero.
Los investigadores concluyeron que el uso del teléfono móvil “está asociado con cambios específicos en las áreas del cerebro responsables de activar y coordinar el sistema nervioso”.
Las operadoras se muestran confiadas
Por su parte las operadoras de telefonía móvil insisten en que el 99 por ciento de todos los estudios científicos que se realizan al respecto revelan que los móviles no son un problema para la salud. Así lo explica Carlos Cernuda, portavoz de las operadoras de telefonía móvil sobre el despliegue de antenas.
“Según la mayor parte de los estudios, reconocidos por la comunidad científica internacional, no hay ninguna relación directa ni indirecta entre los teléfonos móviles y presuntas enfermedades”, afirma Cernuda, que lanza un mensaje tranquilizador a los usuarios. “Los ciudadanos españoles no deben tener miedo a las ondas electromagnéticas, si así fuera no viviríamos rodeados de electrodomésticos, ni otros aparatos parecidos”.